El Grupo Brics obtiene seis nuevos estados miembros. En Bruselas comenzarán a reconocer las limitaciones del poder de Europa, sus equivocaciones, perdida de liderazgo y capitulación a Estados Unidos.
Gran parte de la prensa en occidente se niega a interpretar, analizar e incluso comprender los acontecimientos globales y llaman a la cumbre de Johannesburgo, “Reunión de Mercados Emergentes”/LP7D/IMAGO/
Este cambio global simboliza una derrota personal para Ursula von der Leyen y Josep Borrell. El jefe de la diplomacia de la UE, sin duda un hombre de ayer que ve «Europa como un jardín» y el resto del mundo como una «jungla», podría darse cuenta de las limitaciones de los poderes de la UE en este ámbito.
La época en la que Europa podía dominar el mundo ya pasó. También la era en la que la solidaridad de Bruselas con Washington promete seguridad y estabilidad para el venerable continente, si ese fuera el caso. En los institutos geopolíticos de Hanoi, Vientiane y Phnom Penh, la UE difícilmente es percibida como un actor político mundial independiente, sino como un brazo extendido de los intereses de Washington. Hoy en día se cita con frecuencia al filósofo francés Paul Valéry, quien afirmó a principios del siglo XX que Europa era sólo un cabo de Asia. Ya es hora de que Europa se emancipe de Estados Unidos en términos de política exterior y de defensa para poder hacer justicia a las nuevas realidades globales y al equilibrio de poder.
Casi la mitad de la población mundial, incluidas algunas de las economías de más rápido crecimiento, pronto se encontrarán en esta alianza global, una importante alternativa al desmoronado dominio geopolítico y económico de Occidente.
De los estados que se unirán al bloque Brics en el nuevo año, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, tres de los mayores exportadores de energía del mundo, están unidos en la alianza, lo que aumentará su importancia geopolítica y económica.





