Un brote repentino de covid-19 en la provincia de Guangxi, suroeste de China, durante el reciente feriado del Año Nuevo Lunar provocó un bloqueo repentino de Baise, una ciudad de 3,6 millones en la frontera con Vietnam
El lunes pasado, luego de que se detectaran casi 100 infecciones. Poco después, las autoridades locales de cinco subdistritos de la ciudad encendieron todas las luces rojas para hacer cumplir la orden de quedarse en casa, aunque otorgaron excepciones para viajes relacionados con atención médica y partos.
La prohibición de viajar subraya el vasto poder administrativo de las autoridades chinas y su voluntad de usarlo para limitar la movilidad individual como parte del llamado enfoque Covid Zero del país. Tales tácticas fundamentales se emplean con más frecuencia ya que las variantes Delta y Omicron más infecciosas del patógeno desencadenan brotes más frecuentes y persistentes en China. Los líderes ahora luchan por equilibrar los esfuerzos para contener epidemias a toda costa, mitigando el riesgo de restricciones extremas que atraigan el descontento público y afecten a los negocios. Sucedió antes: un pequeño condado del este de China promulgó un cambio de semáforo similar después de que se detectó un caso en noviembre, solo para cancelarse en medio de protestas en las redes sociales.
Beijing también ha notado el creciente descontento derivado de todo, desde la prohibición de viajar por la pandemia hasta la preparación insuficiente para atender las necesidades básicas de las personas durante los períodos de cuarentena. Los principales funcionarios de salud han hablado de una mayor vigilancia en la lucha contra la propagación encubierta de Covid, tanto para sofocar las infecciones antes de que arraiguen como para minimizar la interrupción de la vida normal. La epidemia de Baise parece haber escapado a laRadarde las autoridades sanitarias. Los casos aumentaron a casi 200 en menos de una semana, y la Comisión Nacional de Salud de China advirtió sobre el riesgo de nuevos aumentos. Mientras tanto, omicron también ha surgido en el noreste de China, donde una gran frontera con Rusia hace que la región sea susceptible a incursiones aleatorias del virus.