El suelo es el principal insumo para la producción agrícola del mundo y del país, pues sin él, las frutas y hortalizas (dentro de otras plantas) no tendrían los
nutrientes necesarios para su correcto desarrollo. Pero, ¿qué sucede cuando abusamos de los suelos con elementos que afectan sus propiedades físicas y
químicas? Dentro de las múltiples respuestas, se origina un fenómeno conocido como compactación e intoxicación.
Desde el modelo de Agricultura Tropical implementado por ASOHOFRUCOL – FNFH, se viene apoyando, desde el año 2021, la instalación de biofábricas, en donde gracias al uso de microorganismos de montaña, caldos minerales, biofermentos y otros elementos (bacterias, micorrizas, levaduras, hongos y demás)
propios de la región, se logra un mejoramiento de los suelos, ayudando a promover su recuperación y vitalidad.
Para el doctor Álvaro Ernesto Palacio, Presidente Ejecutivo de Asohofrucol: “Es necesario hacer un análisis del suelo para determinar en qué estado se encuentra, o de lo contrario, nos va mal al momento de sembrar. Por su parte, los microorganismos y los bio-fermentados lo activan, liberando sus nutrientes para que las plantas los tomen; en cambio, los agroquímicos lo envenenan inactivándolo”. Demostrando así que es importante manejar programas integrales que no aborden solamente el estado de la planta, sino que es necesario pensar en el cuidado del suelo.
Según la Encuesta Nacional Agropecuaria realizada por el DANE en el 2019, existen 39 millones de hectáreas destinadas a la ganadería, mientras que la
producción agrícola solamente cuenta con 4,6 millones: siendo así, la extensión de suelo potencialmente compactable es alta. Gracias al modelo de Agricultura Tropical, se han recuperado varias hectáreas de tierra que ahora están destinadas a cultivar productos como el aguacate, el plátano y otros frutales, esta es una apuesta por la seguridad alimentaria.
Con información y foto de Asoshofrucol.