Gustavo Petro, elegido en Colombia como presidente 2022-2026 ha enfocado su discurso en un país más justo con una mirada antisistema, una nueva categoría que lo aleja de las posiciones en que, lo ubican sus opositores, un comunista del siglo XX. Su oferta está más encaminada a los gobiernos de México, Chile y Argentina y muy alejada de Venezuela y Nicaragua.
Gustavo Petro “el primer presidente de izquierda en la historia de Colombia”
“Somos un ejemplo de que los sueños se pueden cumplir. Los sueños de libertad, de justicia. Gritemos libertad (…) ¡Que viva la libertad, que viva Colombia potencia mundial de la vida! Me llamo Gustavo Petro y soy su presidente”.
El fracaso incluso de algunos aproximados socialdemócratas como Ernesto Samper (Tristemente elegido por el poder del narcotráfico) o César Gaviria (Elegido por casualidad a la muerte de Luis Carlos Galán) ambos con ideas, pero sin el control de sus propias acciones alimentaron la violencia y el desorden social que acabo con la vida de cientos de miles de colombianos. Hoy Petro es la directa representación de esa izquierda esquiva en la historia política de Colombia.
La izquierda en América latina trasciende por la Cuba de los Castro, hoy de Díaz Canel, Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, Daniel Ortega en Nicaragua, pero igualmente una izquierda más social con Boric de Chile, Castillo en el Perú y la probable elección de Lula da Silva en Brasil.
El temor de los colombianos que se enfundaron en no dejar subir a Petro y que son técnicamente la mitad de los votantes, es que puedan venir reformas en contra de las libertades civiles y con ello un golpe a la inmadura y decadente democracia.
La reciente cumbre de las Américas en los Ángeles es una palpable muestra de cansancio, pero igualmente el riesgo de trascender al autoritarismo.
La izquierda se inclina en la búsqueda de la justicia social y la igualdad de condiciones a la humanidad, pero igual la libertad ha sido el máximo bastión de las posiciones ideológicas de la derecha.
Si bien existen problemas comunes en el nuevo mundo, la inequidad aparece como el más real y cruel en Colombia, también como el de mayor deseo reivindicativo. Colombia presenta indicadores que no sólo avergüenzan, sino que ponen en evidencia la insatisfacción interna y el deseo de cambio, un paso ha sido este giro fundamentado en el derecho y la salida de la ignorancia, reclamación en derecho, un despertar social. Especialista consideran el histórico momento como trascendental y consecuente en 200 años de independencia.
Colombia al igual que Chile inician un largo camino de transición, un acuerdo político exigido en manifestaciones callejeras que obligan a una reconstrucción desde las voluntades. El discurso de Petro caló mayorías, y llevar sus promesas a la realidad exigirán un delicado trabajo. En Chile a sólo tres meses del nuevo gobierno las mismas fuerzas que llevaron al poder al presidente Boric, hoy lo cuestionan seriamente por incumplir, igual sucede en Perú, la sociedad no está dispuesta a esperar, los cambios deben sucederse ya.
Petro hábilmente tranquilizo en su discurso “Nosotros vamos a desarrollar el capitalismo en Colombia. No porque lo adoremos, sino porque tenemos que superar el caudillismo, la nueva esclavitud».
Pero las dudas están creadas puede seguir al proceso de justicia social y crecimiento en equidad, persiste el miedo de que suceda lo contrario. Nadie imagina a Colombia como Venezuela, no va a suceder.