Nación sudamericana ingresa al mercado de la marihuana medicinal como actor principal
Nos gusta decir que nuestro cannabis medicinal es “un regalo de Colombia al mundo”. Colombia, con todo el estigma que se ha asociado a las drogas, tiene derecho a ganar en esta industria, no solo porque tenemos ventajas geográficas y topográficas, sino también porque estamos alineados con los parámetros legales internacionales, y por último, porque tenemos la posibilidad de ir más allá del enfoque ilícito de las drogas y ofrecer productos que beneficien la vida. La empresa Clever Leaves, uno de los primeros productores de cannabis legal certificados por el gobierno colombiano
Colombia dio luz verde el viernes a la exportación de flores secas de cannabis para su uso en productos médicos, además de permitir a los fabricantes producir bienes como textiles o alimentos que contengan la planta.
En un abrazo audaz de un mercado global en auge, el presidente Iván Duque firmó un decreto que pone fin a «la prohibición de la exportación de flores secas» en un evento organizado en Clever Leaves, una de las 18 multinacionales que cultiva cannabis medicinal en Colombia.
Colombia «se está convirtiendo en un actor importante en el mercado internacional» del cannabis, dijo Duque.
Colombia, el principal productor mundial de cocaína y que tiene una mayor producción de cannabis, legalizó la producción de marihuana medicinal en 2016.
Sin embargo, hasta ahora solo se permitía exportar extractos de la planta, no sus flores.
Las autoridades temían que la exportación de flores permitiera desviarlas hacia el lado ilegal del comercio.
En una carta enviada a Duque el 14 de julio, la empresa de cultivo de cannabis Canamonte argumentó que una regla contra la exportación de flores impedía a los cultivadores «acceder al segmento de mercado más grande y rentable de la industria del cannabis medicinal».
Las flores, que concentran los compuestos medicinales y psicoactivos de la planta, «pueden representar el 53 por ciento de este mercado a nivel mundial», según Duque.
La nueva autorización también permite la fabricación de «derivados no psicoactivos» a partir de la planta.
«Ya no estamos solo en el uso farmacéutico. Estamos abriendo el espacio para hacer mucho más en cosméticos … alimentos y bebidas» e incluso textiles, dijo el presidente.
Fabián Currea, director de cultivo de Canamonte, dijo a la AFP que terminar con la prohibición de exportar flores «nos da la oportunidad de explorar nuevos mercados» y aprovechar los bajos costos de producción de la planta en Colombia.
La norma también «ayuda a controlar el mercado informal de productos fraudulentos» basados en la marihuana que ha tenido un auge reciente en Colombia, dijo Currea.
El gobierno estima que para 2024 el negocio del cannabis medicinal podría convertirse en una industria de 64.000 millones de dólares.
Otros países de la región como Uruguay, Ecuador y Perú también han legalizado la producción de marihuana con fines medicinales.