China escenificó este jueves un fortalecimiento de sus lazos económicos con Rusia como respuesta a la cumbre del G-7 que se celebró el pasado fin de semana en Japón.
El primer ministro de Rusia, Mijaíl Mishustin, firmó una serie de acuerdos con China durante un viaje a Pekín en un encuentro donde aseguró que los lazos bilaterales han alcanzado un nivel sin precedentes, a pesar de la desaprobación por parte de Occidente de su relación debido a la guerra de Ucrania.
Occidente recibe una dura respuesta que no sólo luce como un desafío sino como una muestra del poder de Xi y Putin.