La tasa de natalidad de China se desploma a la cifra más baja en décadas
La tasa de natalidad de China se desplomó a un mínimo histórico el año pasado, destacando una crisis demográfica inminente para Beijing causada por una fuerza laboral que envejece rápidamente, una economía en desaceleración y el crecimiento de la población más débil en décadas.
China relajó su “política de un solo hijo”, una de las regulaciones de planificación familiar más estrictas del mundo, en 2016, permitiendo que las parejas tengan dos hijos. A principios de este año, se amplió a tres niños.
Pero los cambios no han dado como resultado el esperado baby boom, ya que el costo de vida aumenta y las mujeres toman cada vez más sus propias decisiones de planificación familiar.
El año pasado, China registró 8,52 nacimientos por cada 1.000 personas según el Anuario estadístico de 2021 publicado la semana pasada, la cifra más baja desde que comenzaron los datos del anuario en 1978.
Es una caída marcada con respecto a los 10,41 del año anterior, y la cifra más baja desde que se fundó la China comunista en 1949, según la Oficina Nacional de Estadísticas.
Además, el anuario mostró que el número de matrimonios registrados en 2020 alcanzó un mínimo de 17 años, con solo 8.14 millones de parejas casándose el año pasado.
Durante el brote inicial de Covid-19, partes del centro de China estuvieron bajo estricto bloqueo durante meses y en todo el país muchas oficinas gubernamentales se cerraron temporalmente.
Sin embargo, durante la mayor parte del año pasado, hubo pocas restricciones formales sobre el desarrollo normal de las bodas.
El número de divorcios cayó por primera vez en al menos 30 años, después de que se implementara un “período de reflexión” obligatorio de 30 días para las parejas divorciadas a principios de 2020.
Los datos del anuario destacan muchas tendencias sociales que preocupan al liderazgo de Beijing, que ha impulsado una agenda socialmente conservadora para la sociedad con mujeres como esposas y madres.
Los resultados de un censo anual anunciado en mayo mostraron que la población de China creció a su ritmo más lento desde la década de 1960.
En medio de los esfuerzos oficiales para aumentar las tasas de natalidad, Beijing pidió en septiembre una reducción en las terminaciones que no son “médicamente necesarias”.