El primer ministro, Mark Rutte, generó discrepancias por la política de asilo que se discuten hace meses, destrozó la asociación entre los partidos VVD, D66, CDA y CU / Países Bajos debe prepararse para nuevas elecciones en otoño.
Rutte, ha forzado una crisis en su propio Gobierno de centroderecha al reclamar el endurecimiento de la reunificación familiar de los refugiados de guerra llegados a Países Bajos / Los partidos de gobierno se oponen diametralmente a las medidas de asilo desde hace tiempo. Esta semana explotó ese archivo sensible, en el que las diferencias entre VVD y CDA por un lado y D66 y CU por otro eran grandes /LP7D/NTelevisa/
Los cuatro partidos que conforman el Gobierno han estado en desacuerdo durante meses sobre cómo gestionar la afluencia de refugiados, pero la situación se tensó cuando Rutte puso sobre la mesa limitar a 200 los familiares de refugiados reagrupados al mes y un periodo de espera de dos años antes de que puedan viajar a Países Bajos.
Esa propuesta ha sido considerada inviable por los progresistas D66, pero sobre todo por Unión Cristiana (CU), un socio para el que el respeto a la familia es una línea roja.
Después de siete meses de negociaciones, el mandatario liberal (VVD) exigió este miércoles —en un giro inesperado por culpa de una firmeza rayana en el empecinamiento— la imposición de una cuota para reducir el flujo de entrada de las parejas e hijos menores de ese grupo. La Unión Cristiana (CU), un partido de inspiración protestante que forma parte del Eje…