Lloyd Austin, negro, de 67 años, general retirado sería confirmado por el Senado y entonces se convertiría en el primer afroamericano en dirigir el Pentágono.
Aunque el 43% de los 1,3 millones de miembros en activo del ejército estadounidense son negros, latinos o miembros de otras minorías, sus mandos siguen siendo mayoritariamente blancos.
Barack Obama lo nombró jefe del comando central del ejército americano, convirtiéndose en el primer afroamericano en ostentar el cargo. Fue en ese tiempo cuando Biden lo trató y confió en sus consejos sobre asuntos militares.
Para poder ser sometido al examen del Senado, el general Austin debería obtener antes una dispensa del Congreso para eximirle de la normativa del año 1925 que exige a los militares haber pasado siete años fuera del ejército antes de convertirse en ministros de Defensa. Donald Trump logró que, por segunda vez en la historia, se hiciera una excepción con el general Jim Mattis. Biden debería ahora conseguir otra.