Alrededor de 10.000 personas, incluidas muchas de la escena de la derecha, se manifestaron en Viena el sábado contra las medidas tomadas por el gobierno austriaco para contener la pandemia de la corona.
Un bloqueo más prolongado, la extensión de la distancia mínima a dos metros y un requisito de máscara FFP2 no solo en el comercio minorista, sino también en el transporte público: estos son los pilares del endurecimiento que el gobierno anunció el domingo. Las medidas más estrictas son necesarias debido a la mutación del virus británico altamente contagioso y al número insuficiente de nuevas infecciones. El endurecimiento “no te hace feliz y es todo menos popular, pero es necesario conocerlos, aunque ya todos estén hartos”, dijo el canciller Sebastian Kurz, convencido de la “perfecta normalidad” en el verano, en la rueda de prensa.
La policía dijo que había habido cinco arrestos a primera hora de la noche. Además, se informó que numerosos participantes no cumplían con las regulaciones de distancia y no usaban protección para la boca y la nariz.
La manifestación comenzó de manera pacífica, luego hubo algunos disturbios. La policía pudo evitar una colisión con una contramanifestación. Los representantes de los medios informaron haber sido intimidados y amenazados. Por primera vez, se les entregó agentes de policía para que los protegieran. Entre los participantes se encontraba el exvicecanciller dimitido y ex presidente del FPÖ, Heinz-Christian Strache.