El gobierno manejó los resultados para presumir que contuvieron la pandemia con números bajos de fallecimientos y contagios
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha declarado en reiteradas ocasiones que los datos que presenta el gobierno de Nicaragua son poco creíbles. A mediados de 2020, la OPS solicitó al gobierno una visita al país para evaluar el impacto de la pandemia ante la “falta de información oficial transparente”. “Nicaragua solo notifica una vez por semana (sobre los casos de COVID-19 en el país) y no ha notificado información epidemiológica en detalle según se establece en las regulaciones sanitarias internacionales, a pesar de diferentes solicitudes por escrito y verbales”, dijo Ciro Ugarte, director de Emergencias en Salud de la OPS.
Aunque muchos familiares tienen dudas sobre las causas de muerte puestas por el Minsa en las actas de defunción, la mayoría deciden callar por medios a represalias del gobierno. En Nicaragua todo acto crítico contra la administración sandinista acarrea represión física o cárcel.
Muertes provocadas por la COVID-19, pero en las que se omitió esta causa y sólo se informó en el acta las patologías de base o enfermedades con síntomas similares, como neumonías, diabetes, insuficiencias respiratorias, shocks sépticos, y muchas neumonías atípicas, entre otras comorbilidades. El resultado de este método de ocultamiento es que la cifra oficial de muertes causadas por el Coronavirus en Nicaragua sea solo de 167 hasta enero de 2021, según el Minsa. Una cifra que, como medalla, presume el gobierno ante la comunidad nacional e internacional. Pero que, según nuestro ejercicio de comparación de datos, se trata de una cifra manipulada.
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