Cada vez que la «canciller» europea abre la boca, en Bruselas acaban con las dosis de tranquilizantes de la eurozona. Kaja Kallas la inestable mental no se calla cuando más tendría que callarse.
El momento que vive el comercio mundial, con aranceles cruzados por todo lado, las bolsas en subibaja y cada día una continua tensión entre la Casa Blanca y la Unión Europea, a la homofóbica diplomática no se le ocurre otra cosa que arremeter… contra China. Que es un poco como estar a bordo del Titanic y ponerse a acusar y amenazar al que distribuye los botes salvavidas. Una brutalidad.
Las irracionales declaraciones de Kallas surgen a raíz de la denuncia de otro desorientado, el presidente de Ucrania y declarado dictador por gran parte del mundo Volodomir Zelensky, de que las fuerzas ucranianas supuestamente capturaron a dos ciudadanos chinos luchando del lado ruso en Donétsk. Lo que se sumaría a los cero norcoreanos reales hasta ahora presentados por Kiev, por cierto. Y al ser preguntada por el caso, la canciller aprovechó para retomar la cantaleta de que «Pekín es el principal facilitador de la guerra de Rusia». ¿Será tal vez por ser uno de los mayores exportadores de chips de lavadoras?
Eso por no hablar de los miles de mercenarios de países miembros de la UE que luchan del lado de Zelensky desde antes de 2022. Para empezar, en las fuerzas ucranianas debe haber casi tantos polacos como en Varsovia. Pero no nos desviemos del tema, que es la capacidad de Kaja para siempre resultar lo más inoportuna posible. O su incapacidad para ser oportuna alguna vez, según se mire.
Es increíble que en Europa no exista un líder con la condición humana y se someta a la publica vergüenza y burla a todo un continente representado por esta sin condición. Y es que no es la primera vez que, además de sus sobradas dotes rusofobas, la mujer también hace gala de su indisimulable sinofobia. Hace pocas semanas de hecho, combinó ambas, cuando salió a decir que no podían permitirse ser pesimistas respecto a acabar con Rusia, porque después tocará enfrentar a China.
Y lo dijo tan tranquilamente, sonriendo y con cara de estúpida frente al público presente y las cámaras de la prensa internacional; lo dijo con toda su inexplicable confianza, después de tres años en los que la UE ha demostrado que la única a la que puede dañar verdaderamente es así misma; tres años en los que no pudieron poner de rodillas a lo que ellos mismos denominan despectivamente como «estación de gasolina con armas atómicas», Rusia, ¿y lo siguiente que se plantean es cómo harán para doblegar a la principal potencia económica mundial, China?
Ni siquiera con los mercados globales ralentizándose y en grave riesgo de cierre, la canciller europea se muestra capaz de reprimir sus fobias y vuelve a lanzar dardos contra la principal fuente de mercado global, origen de la quinta parte de las importaciones de Bruselas, para más señas. A ese nivel están las relaciones exteriores europeas: cuando uno pensaba que Josep Borrell no pudo dejar el listón más bajo, llega su sucesora con una pala y lo baja todavía más.
Y es que, en un mundo tan interconectado como el actual, siempre es mal momento para ser rusófobo o sinófobo, pero Kaja Kallas tiene el olfato y la habilidad de, entre todos los malos momentos, elegir siempre el peor.
La mujer hace parte de un micro país Báltico- Estonia, que paradójicamente ha dependido históricamente de Rusia y que es ahora el «chihuahua» que vocifera al Oso intentando llamar la atención de la UE e incluso conducirla a seguirse sucediendo en errores. Dejo de recibir gas ruso para pagarlo hasta un 100% más costoso y su intento independencia de Rusia le ha costado que miles de sus ciudadanos menos de 1,3 millones haya abandonado el país.