Católica devota y opuesta al aborto, como sustituta de la progresista Ruth Bader Ginsburg para el Tribunal Supremo e instó a la mayoría republicana del Senado a confirmarla
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«Hoy es un honor para mí nominar a una de las mentes legales más brillantes y talentosas de nuestra nación para el Tribunal Supremo. Ella es una mujer con logros inigualables, un intelecto imponente, credenciales excelentes y una lealtad inquebrantable a la Constitución» Dijo el presidente.
Además solicitó «brindar a la jueza Barrett las audiencias respetuosas y dignas que se merece» y a los medios de comunicación que se abstengan de hacer «ataques personales».
Barrett, de 48 años, el sector conservador ve a una joven y estricta constructivista, es decir que interpreta la Constitución al pie de la letra con lo que cree que los padres fundadores pretendían al redactarla –una jurista del estilo de Antonin Scalia, el juez conservador (y amigo íntimo de Ginsburg) que murió en febrero de 2016 y para quien Barrett trabajó como asistente legal en el pasado–.
El hecho de que la jueza, católica devota y madre de siete hijos –ella y su esposo, Jesse M. Barrett, tienen cinco hijos biológicos y adoptaron dos nacidos en Haití–, sea considerada como posible sucesora de Ginsburg preocupa a los progresistas. Muchos temen que, de lograr el puesto, Barrett votará para revocar Roe v. Wade, el fallo de 1973 que reconoció el derecho al aborto en todo el país.
Barrett se opone al aborto y ya ha respondido a preguntas sobre su fe y el papel de esa fe en la interpretación de la ley. «Amo los EE.UU. y amo la Constitución de EEUU»