Miles toneladas se hacen desecho plástico y chatarra peligrosa en México, El Salvador y Ecuador, residuos que no son reciclables.
El reciclaje es el pretexto de EE. UU. para deshacerse de su basura enviándola a países sin regulación y control/ LP7D/
En 2018 hubo un cambio geopolítico de desechos que profundizo el comercio de residuos plásticos de países desarrollados a los no desarrollados.
El flujo transfronterizo de los desechos plásticos por parte de Estados Unidos y Europa, principalmente, tuvo entonces que cambiar de ruta en busca de nuevos territorios. En ese reacomodo, países del sudeste asiático, como India, Indonesia, Vietnam y Malasia, se volvieron los nuevos destinos de los miles de toneladas que antes importaba China.
“Mientras grandes potencias mundiales se jactan de sus cifras de reciclaje (…), gran parte de ese paraíso sustentable se alimenta gracias al envío a otros países de cientos de contenedores repletos de residuos plásticos” dice un informe de GAIA (Alianza Global para Alternativas a la Incineración (GAIA, por sus siglas en inglés)
Datos del Import/Export Census Bureau de los Estados Unidos muestran que en 2020 y 2021 Estados Unidos exportó 200 mil toneladas de residuos plásticos a América Latina. El informe de GAIA reporta que la mayoría de ellos llegaron a tres países: México recibió 147.897 toneladas; El Salvador, 20.975; y Ecuador, 12.791 toneladas.
Este falso reciclaje es posible porque en los países de América Latina hay condiciones que lo permiten: generalmente se tienen regulaciones débiles sobre importación de residuos, falta control en aduanas, no hay suficiente infraestructura para reciclar; además de que hay vínculos opacos entre gobiernos y empresas recicladoras, y una ausencia de datos sobre importaciones y exportaciones de residuos.