Es un hecho mundial, la política represiva contra la marihuana y otras drogas ha fracasado. Legalizar el cannabis es lo correcto, pero debe coordinarse a nivel internacional.
Sorprende que en buena parte del mundo los partidarios de la marihuana legal también incluyen políticos, médicos, artistas policías, jueces y fiscales, vigilantes penitenciarios y casi toda la autoridad estatal.
El proyecto de ley compra y posesión de entre 20 y 30 gramos. Asimismo, quedará autorizado su cultivo en unas cantidades limitadas. Si toda marcha bien, la legalización podría producirse en 2024.
Por décadas está comprobado que la política de drogas que operaba de manera represiva es un fracaso. Existe ahora un consenso social, ni el común ni el fumador – marihuanero-, ni el traficante tienen interés en el enjuiciamiento.
El vecino llama a la policía esta sale y busca. La mayoría de las veces, ella presenta quejas arbitrarias y sin sentido sobre cantidades pequeñas, y los procedimientos se suspenden. Esta política ha fallado. Es correcto legalizar el consumo de cannabis. Cualquiera que se fume un porro por placer no es un delincuente.
En Alemania han dado vía libre, no es el camino fácil, va a suceder muchos tropiezos y tomar el camino correcto cuesta no sólo como política sino como afectación e introducción social, si bien un porro no hace daño, el consumo masivo y sin prevención conduce al creciente número de individuos que se afectaran por excesos.
Pero este camino no es fácil. Y el gobierno federal puede tropezar, atascarse y fracasar. Por lo tanto, es crucial que se tome el camino correcto.
La coalición del semáforo en Alemania ha presentado puntos clave para una ley. Contiene muchas cosas buenas: el impuesto controlado por el estado, las rutas legales de cultivo y transporte, la expansión de la prevención y el asesoramiento sobre adicciones, porque el cannabis no es solo una planta, sino también una droga. Y eso puede ser peligroso para las personas. Los adictos necesitan ayuda, no castigo.
Alemania está involucrada en tratados internacionales y regulaciones de la UE. Son acuerdos destinados a frenar el narcotráfico. Un alemán que actúa solo con una política de control recién alineada es fatal, y puede fracasar rápidamente en los tribunales por incumplimiento de contrato.
La coalición no debe dejarse guiar por el fino espíritu del libre consumo. El camino hacia la legalidad del cannabis debe ser limpio y coordinado internacionalmente.