Ahora casi todos mienten, las agencias mediáticas de Rusia y Ucrania informan a su conveniencia, los gobiernos igual cada uno por su lado presiona con declaraciones a su favor, algunos de los pocos responsables medios de occidente se soportan en analistas objetivos, pero se contagian en el afán de mostrar la destrucción y el horror que venden más, y los independientes como las redes hacen espectáculos morbosos y ridículos que también comercializan.
Son 19 días y como es una guerra los bombardeos a las poblaciones sometidas al asedio y abandonadas son el bastión de las fuerzas ucranianas que los rusos bombardean sin retroceder. Nadie sabe del número de muertos.ukrainenews.fakty.ua
La semana inicia con conversaciones online entre Moscú y Kiev, pero los ataques verbales incluso son más graves que los hechos en sí.
Son múltiples las historias de dolor y tragedia que cada persona que busca refugio en la frontera polaca tiene por contar. Pero se desconoce la historia de millones de afectados en todo el territorio de Ucrania, también como los rusos empiezan a padecer la guerra.
El ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, llama en Twitter a enviar «todas las armas necesarias» para «obligar a Putin a la quiebra». Escrito más con dolor e ira.
Ahora el aeropuerto en cercanías de Kiev no fue el bombardeado como se creyó la semana anterior, pero si la planta de aviones Antonov. Nada se confirma.
Las cámaras muestran en directo de la situación de las principales ciudades de Ucrania en una tensa calma con movilidad escaza, eventuales caminantes, un panorama de silencio que sólo rompen las campanas de la catedral de Santa Sofia.
Las redes sociales invaden, asfixian y en cada día se hacen más trágicas y falsas, replican incluso imágenes de video juegos y las pasan como reales de la guerra. Pero también mueren reporteros a diario y luego aparecen en otro lugar y vuelven a morir o casi. Ataques de mercenarios simulados en historias y escenarios de guerra con falsas columnas de humo que semejan bombardeos.
Las cámaras en tiempo real muestran también puntos de control fronterizo con Polonia y habilitados corredores humanitarios, con una realidad absoluta, provocada por la obligada migración de quienes se resisten a permanecer en riesgo y poco tiene por perder, pero igual son miles los residentes que petrificados entre la resignación y el miedo testimonian el avance ruso. Es una guerra y todo es susceptible de peligro, un vehículo, una calle una casa, una persona, un perro, todo…
Cada vez son más los edificios evacuados y luego bombardeados a fin de evitar que se instalen allí las defensas de Ucrania.
Los primeros 400 mercenarios sirios alistados por Rusia han llegado a las fronteras de Ucrania. Así lo informó la agencia ucraniana UNIAN. Se han establecido centros de alojamiento y formación cerca de la frontera en las regiones de Rostov, Rusia, y Gomel, Bielorrusia. Según el observatorio de derechos humanos en Siria, los milicianos alistados en el país por Moscú son más de 40 mil.
Ramzan Kadyrov, quien es el líder checheno más leal a Putin. Está en Kiev escondido en un búnker: «Ucranianos, acabaremos con vosotros» Y si bien se podría haber creado un corredor entre Crimea y Donbass , según informa la agencia rusa Ria Novosti, para permitir que las tropas en Crimea unan fuerzas con los rebeldes prorrusos de la República Popular de Donetsk (RPD) y accedan a ciudades portuarias clave.
«Kiev. Una de las ciudades más bonitas de la UE hoy parece un fotograma de una película sobre el apocalipsis». El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, escribe en Twitter, mostrando una foto de él tomada en el centro de Kiev con sacos de arena detrás de él. “Sumy, Kharkiv, Mariupol, es terrible. Esto es lo que trae Rusia: muertos, destrucción no sólo de ciudades sino también de democracia, de derechos, de libertades. No son eslavos. son orcos Pero venceremos”
Ni hablar de cifras, ninguna fuente tiene correspondencia con un soporte oficial, la ONU apenas hace aproximaciones tratando de tomar informes de sus limitadas oficinas. Al final nunca habrá exactitud, y si las cifras son tan terribles como venden las venden los ucranianos entonces no hemos visto nada.