La tensión de la guerra conduce a situaciones indescifrables, las afectaciones por las consecuencias parecen justificables a los problemas de siempre y a los que los lideres mundiales se inventan. ¿Es su reacción ante el fracaso?
La angustia que es el miedo a futuro y el horror que es la impresión insociable por un evento pavoroso han llevado al presidente de Ucrania Volodimir Zelensky a estados permanentes de un trastorno compulsivo-obsesivo, es decir auto provocar pensamientos, impulsos o imágenes mentales no deseadas que ocurren repetitivamente y causan ansiedad o angustia.
Zelensky un joven actor educado bajo la tutela rusa se volcó a su patria materna, al gestor de su posibilidad de ser alguien en el mundo, ahora no sólo renunció a su ancestral pasado, sino que atenta contra él y sus compatriotas, peor pretende arrastrarse en su locura al mundo con él, por fortuna en el mundo aun cuando muchos no todos que somos la inmensa mayoría no estamos locos para seguir no a un enfermo también a un imbécil.
A sus acciones de saltimbanqui y no conforme con arrastrar a la UE, Zelensky ha enfermado y en su desahogo diario lleva estados repetitivos de trastornos que revelan su ansiedad y su obsesión con Rusia intentando evitar que algo malo le suceda.
“Nuestra inteligencia ha recibo información de que Rusia esta considerando un acto terrorista en la planta nuclear de Zaporithya con un acto terrorista con la liberación de radiación han preparado todo para esta eventualidad”. Dramático, instigador y manipulador pretende meter al mundo en su guerra como si se tratara de un juego de tangara.
La prensa de occidente, culpable inmisericorde de la desinformación, llena a su audiencia generando antes que noticia, animadversión, tocar el profundo sentimiento de dolor y culpa. Zelensky y los medios se arrastran sin compasión y mentira.
Si bien la central nuclear es una realidad que atemoriza, no es menos cierto que Ucrania puede hacerla volar con todo y rusos adentro, llevarse a Europa y echarle la culpa a Rusia, es el modo en que operan por su ADN de violencia y traición.