Señor primer ministro, se acabó el tiempo. No debes perder la posible última oportunidad de regresar con vida a los secuestrados. No tenga tiempo de tomar decisiones que requieran un liderazgo valiente.
Imagina que uno de sus seres queridos estuviera cautivo en manos de Hamás. ¿Puedes imaginar?, ¿eres capaz?, no tengo que imaginarme. Yo estaba allí, regrese del infierno y para mi esta pesadilla no es solo una imaginación sino una realidad.
Se exactamente lo que sucede a las personas que están cautivas, que les pasa a sus cuerpos y a sus mentes. La verdad es que realmente no quieres imaginar a un ser querido suyo, la horrible realidad supera la imaginación.
Señor primer ministro, es imposible entender lo que vive un ciudadano israelí cautivo, pase 55 días sin cerrar un ojo, con sed y hambre, sin baños n higiene, en oscuros túneles sobre un colchón mohoso y maloliente y eso que tuve suerte de no ser el puro piso frío. Tratas de dormir y vez la punta del cañón de un kalashnikov en tu frente y no sabes si es de día o de noche… los pensamientos horribles no cesan.
Se acabo el tiempo señor primer ministro, son cuatro meses en ese de cautiverio, ciudadanos del país que usted dirige muriendo, lo viví y lo vi… no imagino una fila de ataúdes en Rafhat esperando los muertos, todos van a morir si usted no hace algo, de usted depende volver a casa sanos y salvos.
No tenga miedo, sea valiente no deje que ninguna otra consideración se interponga, llegue al trato lo antes posible. Solo el regreso a casa nos permitirá salir unidos como comunidad y del desastre terrible que vivimos.
El estado deberá pagar un alto precio seguro incluida la liberación de los asesinos de mi padre cuyo cuerpo sigue retenido en Gaza pero lo que está en juego ahora es nuestra sociedad.
Como usted dijo antes “el pueblo de Israel es un pueblo especial, somos garantía unos para otros” como dijeron nuestros sabios, “quien salva un alma de Israel es como si salvara el mundo entero”.
Siempre supe que en caso de ser capturados el gobierno haría todo lo posible por el regreso a casa y esto es lo que he hecho y pido ahora.
Señor primer ministro ahora es el momento puede que no llegue otra oportunidad.
