Europa le apuesta a un suicidio colectivo, Zelensky, Putin, Biden, Macron, Sholtz… ninguno tiene la capacidad de liderar el fin de la guerra mediante acciones de paz, sólo piensan en ello, ¡guerra! y se alistan para intervenir a fondo en ella. Las consecuencias de esa ineptitud y la falta de escrúpulos conllevan nefastas secuelas mundiales.
/LP7D/Viento Sur/
Una guerra que desde antes del 2014 ya existía y en la que al menos la mitad de los ucranianos apoyaban y la otra mitad guardaba la esperanza de volver a Rusia, fueron las dos regiones del Donbass (Donetsk y Luhansk) las primeras en abogar su independencia, llegó después Crimea por esos años, ahora otras dos (Jerson y Zaporithya ) y es muy probable que más adelante siga el desmembramiento de una Ucrania inestable, sin administración, devastada y ahora endeudada por siglos.
En esta guerra de desgaste, con ataques ahora selectivos, Europa sigue improvisando, mil reuniones y ninguna decisión en coherencia, sólo superfluos y frágiles acuerdos en donde los ricos empujan a los pobres -no todos los países de la UE son ricos- no nace una sola iniciativa particular y seria, todos le apuestan a seguir escalando en amenazas y sanciones, acusaciones y desintegro mientras la población sufre por básicas necesidades y un invierno venidero que aterra, pero nada como una probable guerra nuclear.
Mas de 100 millones de personas desapreciarían en menos de una hora bajo la lluvia nuclear sin importar quien dispare primero. Una pérdida de Rusia conduciría a ello, pero también la OTAN que se desboca en anuncios paralelos si Ucrania pierde. ¿Entonces? Cuantos son los locos que dominan el mundo y que son incapaces de frenar el Armagedón.
¿En dónde quedaron las bondades de la diplomacia? Arroyadas por la soberbia, la rusofobia y el interés intervencionista de EE. UU. Europa se aburrió de vivir en paz, pareciera destinados al sufrimiento y al horro de la guerra.
Las tímidas y disimuladas voces en el pasado cercano de Jens Stotemberg, presidente de la OTAN y Emmanuel Macron, presidente de Francia persuadiendo a Ucrania de ceder para iniciar negociaciones apenas fueron un susurro a sus asesores.
Sólo algunas acciones relacionistas del presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan y su interés particular de mover la economía con beneficio propio. Europa seguirá desconociendo a quien debería ser su mejor aliado, su aliado natural, al que si no borran de la faz de la tierra tendrán que soportar por siempre. Ha pesado más la cizaña sembrada por EE. UU.
El sur global al que correspondemos como suramericanos, hemos soportado y aguantado las decisiones del global norte y eso ya es suficiente como para pensar en hacer parte de la locura inventada ahora que nos llevaría al fin de la humanidad.