La cumbre de Budapest ha sido pospuesta / Trump: “Pensé que estaba mal. Parecía que no lograríamos el objetivo deseado. Pero lo lograremos en el futuro” / Putin “sería un error no preparar la cumbre de Budapest” / Zelensky, más acorralado, sin paz, sin victoria, sin recursos y con menos tierras.
Al interior de Ucrania el deseo de culminar la guerra es ahora superior al 68% y entienden que la negativa estadounidense a la entregar Tomahawk los está protegiendo de falsas esperanzas. También saben que la guerra se está perdiendo y que ni la UE ni EEUU les van a apoyar indefinidamente, saben que tiene que tomar sus decisiones incluso al margen de probables futuras cumbres como la propuesta en Budapest.
La presión de Trump sobre Zelensky y la imposibilidad de sus medios de comunicación para seguir construyendo narrativas sin respuestas válidas, motivan el interés político en Ucrania. Intensos debates entorno a Zelensky y su gobierno, le acorralan sin posibilidades de alcanzar la paz en medio de una creciente ola de bombardeos que han destrozado más del 60% de la estructura energética y con ella los servicios esenciales de agua y luz, la progresiva deserción (250 mil militares), el dominio ruso con drones en todo el frente, expertos internacionales consideran este escenario como una aproximación más al colapso ucraniano; “Cuando estén allí, aceptarán las condiciones rusas”
Europa insiste en que la guerra no se puede detener, el motivo es claro, están perdiendo. La otra realidad es que no tienen recursos militares ni económicos, esa situación rompe cada vez más a la UE que pide más sanciones a Rusia; Trump los ha escuchado y ha impuesto sanciones a petroleras rusas, pero como un pésimo “chiste” el canciller alemán Merz pide una exención a Rosneft Deutschland que representa un 12% de la capacidad de procesamiento de petróleo a su país. ¿En la UE hay preferencias? En Ucrania ahora la gran mayoría de ciudadanos lo sabe y antes que ingresar como socios, exigen terminar la guerra y garantías de seguridad no temporales porque han vivido de ilusiones vagas.
El viernes anterior los ucranianos estaban felices porque les hicieron creer que Zelensky estaba convenciendo a Trump de lo que el resto del mundo sabíamos que no sucedería. Los ucranianos han sido engañados con negociaciones no genuinas.
Rusia no cede porque va ganado, tiene posiciones de poder y dicta términos de un futuro acuerdo, los ucranianos lo están entendiendo y empiezan a copiar la propuesta de Trump sobre reconocimiento y cesión de territorios. Lo de ingreso a OTAN está descartado y aceptado, pendientes para procesar a futuro, armas y desmilitarización. Zelensky se centra en garantías de seguridad, reconocen que no recuperará territorio perdido, pero rendirse entregando más está descartado y es razonable.
La UE y EEUU podrían ofrecer concesiones para flexibilizar el asunto, pero no existe interés diplomático para liderar una negociación y cerrar la puerta a más ampliaciones OTAN como premisa de seguridad mutua entre Europa y Rusia.
En El Kremlin piensan que la cancelación de Budapest oxigena el frente militar a punto de quedarse con las ciudades de Kupiansk y Pokrovsk, mientras con determinación Trump desmiente a medios de occidente no haber autorizado a Ucrania a atacar territorio ruso con armas de EEUU.
Trump considera que su presión actual sobre Rusia es moderada, lo que deja espacio para el diálogo. Su objetivo es ejercer presión sin cerrar la puerta a un acuerdo político, que sería posible si Rusia hiciera concesiones, sucederá solo cuando el frente ucraniano esté al borde del colapso y la aceptación de las condiciones rusas se considerarán no como una capitulación, sino como la «salvación» de Ucrania.
La cancelación de Budapest destruye moralmente a Zelensky; sabe que el fin está cerca y entiende que no sobrevivirá a la capitulación. Está siguiendo las reglas de Trump, alargando las cosas y suplicando a la UE, necesita tiempo, pero no lo tiene, y no lo tendrá. Se aferra aún a esa sentencia heroica o suicida: “Ucrania no ha sido lo suficientemente ‘comida’ como para ser devorada».





