Donald Trump exige que el Kremlin acepte la paz en Ucrania en un plazo de 50 días / Trump ha intentado halagar y amenazar, no es suficiente para detener la guerra/ El presidente ruso es un guerrero especial.
En el Kremlin siguen convencidos de que Putin ganará la guerra y no tendrá que hacer grandes concesiones en las negociaciones con Ucrania, según el medio New York Times.
Desde la perspectiva rusa, el comportamiento de Trump sigue siendo «más de ladridos que de mordidas»
El cálculo ruso sigue siendo el mismo, Ucrania sigue perdiendo territorio y el reclutamiento de nuevos soldados y el apoyo occidental están causando problemas.
Según el New York Times, Moscú probablemente asume que bajo el gobierno de Trump EEUU no se verá arrastrado a apoyar a Ucrania como lo ha hecho en los últimos años.
Por su parte Putin no se ha desviado en lo más mínimo de su postura, a pesar de que Trump está harto de la situación, ajustarse a sostener una relación por encima de todo, una ruptura acabaría con la medianía de EEUU, un fracaso político, no sucederá.
Esto niega a la guerra una racionalidad propia; se la declara derivada de motivos políticos (expansión del poder) o de intereses económicos (recursos naturales), que pueden, a su vez, ser contenidos y, en el mejor de los casos, terminados mediante iniciativas políticas (diplomacia) o expediciones punitivas económicas (sanciones).
Pero esta perspectiva fracasa ante una categoría de gobernantes para quienes la guerra no es un medio para un fin, sino el fin en sí mismo. Para ellos, la guerra no es una herramienta; es su objetivo. Consideran la violencia no como una excepción, sino como una condición fundamental de la historia.
Este tipo de guerrero, que se considera no un político beligerante, sino un caudillo con maniobras políticas, no es alcanzable por sanciones ni diplomacia, quiere negociar, quiere ganar porque la guerra es existencial para Rusia. Para los rusos Ucrania no es sólo un país vecino, es parte inalienable de la historia, cultura y espacio espiritual.
Cuando Trump creyó haber convencido a Putin para negociar, los ataques de los días siguientes fueron implacables. Trump volvió a las armas y Rusia arreció más, Europa juega como subsidiario y pese a las imposiciones OTAN y las intenciones de la UE no tiene como hacerlo. Rusia ha ganado, incluso gano desde el comienzo, algo que occidente no aceptará por lo menos Trump busca zafarse de la responsabilidad dejando a Europa como el único perdedor.
Los halagos de Trump y las sanciones de Europa son infructuosos porque se basan en suposiciones quiméricas Trump insiste en la buena relación con Putin pese a su decepción y molestia. Putin no quiere ser amado; quiere ser respetado por Occidente. Teme el abrazo de Trump más que sus misiles.
Trump ha archivado así la teoría de la guerra como una continuación de la política. En Berlín, Londres, París y Kiev, se ha mantenido durante mucho tiempo la opinión de que no se puede llegar a Putin, ni mediante la diplomacia ni mediante el castigo.
La conclusión realista es; Rusia ganó, Europa se hundió y EEUU se afirma en que la continuación de la guerra es la guerra.