La Organización Mundial del Turismo de la ONU, públicó lista de los mejores pueblos turísticos de 2024. Los ‘Best Tourism Village 2024’ / Esta cuarta edición, apuesta por comunidades rurales como actores clave en el turismo sostenible y el desarrollo comunitario.
La lista la componen 55 pueblos elegidos entre más de 260 solicitudes, entre los que destaca una región por encima de todas las demás: América Latina
Capulálpam de Méndez, México. Enclavada en la Sierra Norte del estado de Oaxaca, sus casas con paredes de adobe y techos de teja enmarcan sus calles empedradas. Entre sus atractivos se encuentra el templo de San Mateo, su entorno natural y sus talleres artesanales donde se trabaja especialmente la madera.
Caviahue-Copahue, Argentina. Situado al pie del único volcán activo de la Patagonia, entre bosques milenarios de araucarias y las que sus moradores califican como las mejores termas del mundo. Con poco más de 1.000 habitantes, es un importante centro hidrotermal de aguas mineromedicinales, fangos, algas y vapores y actividades relacionadas con el esquí.
El Tambo, Ecuador. En la provincia del Cañar, reúne historia con culturas ancestrales y tradiciones de distintos grupos étnicos que habitan la zona. Durante la ocupación incaica sirvió como punto de descanso para mensajeros, caminantes y viajeros. Su casco histórico con viviendas de madera y bahareque, de una antigua estación de tren rodeada de puestos artesanos, del museo de la ciudad que alberga 400 piezas arqueológicas y del complejo arqueológico Baños del Inca.
El Valle de Antón, Panamá. Ubicado en el cráter de un volcán inactivo, en medio de montañas y de un bosque nebuloso y al sur de tres colinas protegidas por el parque nacional Cerro Gaital, clima con temperaturas moderadas, incluyen la cascada El Macho, un grupo de pequeñas piscinas termales o un jardín zoológico que alberga una colección de anfibios anuros.
Gaiman, Argentina. En la provincia de Chubut, es un símbolo de la colonia galesa, instalada hace 150 años y han dejado un poso en la edificación de capillas y viviendas con muros de ladrillo rasado o rocas, las cortinas de álamos, los canales de riego y las casas de té. Existe alli un parque paleontológico, de agroturismo y gastronomía propia.
Huancaya, Perú. A más de 3.500 metros por encima del nivel del mar, donde los visitantes disfrutan de cascadas y cataratas de aguas cristalinas y lagunas de aguas turquesas con abundantes truchas. La localidad rebosa tradiciones y cultura, con festividades religiosas, música y danzas tradicionales, artesanías de tejidos y bordados y costumbres ancestrales.
Jardín, Colombia. Conocido por sus casas de colores brillantes y sus coloridas exposiciones florales. Su arquitectura tiene su principal exponente en la plaza principal, el parque El Libertador, con rosaledas, una fuente central y la basílica neogótica de la Concepción. Los paseos por sus calles y las fiestas tradicionales componen un enorme abanico de posibilidades, sobre todo para los amantes del café, de los platos típicos y de los paseos en busca de espectaculares cascadas.
Ralco, Chile. En la Región del Biobío, se trata de un centro turístico desde donde iniciar el conocimiento del patrimonio natural y cultural de la ancestral comunidad mapuche pewenche. Su esfuerzo por convertirse en un modelo de turismo responsable y sostenible, a través del trabajo de la comunidad en la preservación de su identidad cultural, sus tradiciones y su entorno natural, con iniciativas como el uso de energías renovables, la gestión de residuos y la promoción de productos locales.
San Juan del Obispo, Guatemala. Pintoresca aldea conocida como La Tierra del Níspero, por su especialización en el cultivo de esta fruta y en la producción de distintos productos a partir de ella. Su benévolo clima, su producción artesana, la amabilidad de sus alrededor de 6.000 vecinos, su cercanía al volcán de Agua, conviven con una hermosa arquitectura representada por su convento y palacio arzobispal y por un entorno en el que se respira tranquilidad.
Uaxactún, Guatemala. Comunidad, con más de 110 años de historia en el corazón de la Reserva de la Biosfera Maya. Con 770 habitantes se ha convertido en un ejemplo de conservación y de protección de la biodiversidad. Pionera en iniciativas de conservación comunitaria, como los patrullajes de control y vigilancia para proteger la biodiversidad y prevenir actividades ilegales. En sus cercanias yacimiento arqueológico precolombino de la cultura maya, que fue habitado desde el año 900 a.C. hasta el 900 d.C. y cuenta con el observatorio astronómico más antiguo de Mesoamérica.