El elegido alcalde de Nueva York Zohran Mamdani es una mezcla de prepotencia y humildad / Mamdani es un “verdadero yihadista comunista” que visita prostíbulos / Es un lobo entre corderos ignorantes y aburridos. / Su deseo es acabar con el sueño americano/ Guste o no, hizo una campaña extraordinaria que lo catapultó de ser un “don nadie” hace meses a convertirse en el próximo alcalde de la ciudad más grande de EEUU. Un discurso de esperanza, disciplina para hacer dinero como socialista democrático en la Mansión Gracie.
“Si alguien puede mostrarle a una nación traicionada por Donald Trump cómo derrotarlo, es la ciudad que lo vio surgir, y hay una forma de aterrorizar a un déspota: es desmantelando las condiciones que le permitieron acumular poder”, expresó Mamdani.
Ante el espectáculo irrazonable de cientos de miles de personas vitoreando su nombre, Mamdani ofrece “el paraíso”, llevando multitudes cansadas por engaño y por su propia ignorancia. Se presenta como un “Robin Hood” moderno, déspota como Trump, y aparecido de las sombras, ofrece desmantelar el sueño americano, congelar arrendamientos, guarderías y transporte ligero gratis; típicas ofertas populistas a una sociedad sin rumbo, perdida en su mismo afán de conseguirlo todo sin mayor esfuerzo.
“Haremos de esta ciudad un lugar donde la gente trabajadora pueda amar y vivir de nuevo; respiramos el aire de una ciudad que ha renacido… ¡En este momento de oscuridad política, Nueva York será la luz!”. Dijo Mamdani, el nacido en Uganda hace 34 años y de padres indios.
Mamdani, se autodenomina socialista musulmana moderado y supuestamente “demócrata”. Las fuertes condenas opositoras se deben al comprensible deseo de presentar a Mamdani como una fuerza peligrosa en la política estadounidense. Llamarlo “progresista” o “izquierdista radical” no parece ser suficiente, por lo que los conservadores buscan referirse a él con un término más novedoso y amenazador, “yihadista comunista”.
Mamdani, en su discurso triunfal, acuñado de términos sensibles, mostró cómo es fácil conseguir dos millones de votantes. “El sol se ha puesto sobre nuestra ciudad esta noche, puedo ver el amanecer de un día para la humanidad, si durante toda la vida la gente trabajadora de Nueva York ha escuchado de los ricos y poderosos que el poder no les pertenece, dedos magullados por levantar cajas en el suelo del almacén, palmas callosas de los manillares de la bicicleta de reparto, ¡nudillos marcados por las quemaduras de cocina!, ¡Estas no son las manos a las que se les ha permitido tener poder, y sin embargo, en los últimos doce meses, esta noche contra todo pronóstico lo hemos conseguido! Sí, el futuro, está en nuestras manos, hemos derrotado, amigos míos, una clase política”. Patético, ¿alguien le miró las manos a Mamdani?, ¿acaso él viene de esa clase?
Mamdani, Induce alegóricamente que él es el pueblo sufrido y, sin serlo, que él los representa y que ellos, el pueblo sufrido, deben seguirlo, vemos como el lobo hambriento una vez más lleva a sus ovejas a la salvación y luego las devora.
Mamdani, se hunde entre derechas e izquierdas, solo le interesa el sufrido que lo ha elegido y lo sigue; yo estoy con ustedes, ustedes me eligen y yo soy su esperanza, pero ¿saben de verdad a quién eligieron?, a uno tanto o más despótico y con histrionismo actoral que el mismo Trump.
Mamdani, dice ser la representación de los que nunca llegaron al poder, de aquellos a los que no se les ha permitido tener poder, y entonces, ¿qué está haciendo él allí?, Y los que pasaron antes ya como Obama, ¿qué?
Este nuevo alcalde, como bueno de la izquierda, gana y proclama lecciones y juicios de moral; después ya vendrá el desastre.




