Mucha gente piensa que las estaciones están dictadas por la proximidad de la Tierra al Sol, pero este no es el caso. Es la inclinación de la Tierra, no su cercanía al Sol, lo que influye en nuestras estaciones.
¿Por qué la Tierra está inclinada?
A diferencia de algunos de los planetas que se sientan completamente erguidos y giran perpendicularmente, la Tierra gira sobre un eje de 23,5 grados.
¿Pero por qué? Una teoría comúnmente aceptada entre la comunidad científica es la hipótesis del impacto gigante . Según esta teoría, un objeto celeste llamado Theia chocó con la Tierra hace muchos años, cuando el planeta aún se estaba formando. Esta colisión no solo colocó a la Tierra en su posición inclinada, algunos creen que el polvo y los escombros de este impacto terminaron formando nuestra luna.
Desde entonces, nuestro planeta ha estado girando con una ligera inclinación (que en sí misma no es fija , ya que se “bambolea” en ciclos), dándonos nuestras diferentes estaciones a lo largo del año.
Cómo la inclinación de la Tierra influye en nuestras estaciones
A medida que nuestro planeta gira alrededor del Sol, siempre se inclina en la misma dirección. Debido a su inclinación, los diferentes hemisferios reciben cantidades variables de luz solar en diferentes épocas del año.
En diciembre, la Tierra está técnicamente más cerca del Sol que en junio o julio. Sin embargo, debido a que el hemisferio norte está inclinado lejos del Sol durante diciembre, esa parte del planeta experimenta el invierno durante ese tiempo.
El gráfico anterior del Smithsonian Science Education Center ( SSEC ) visualiza la órbita de la Tierra a lo largo del año y muestra cuándo cada hemisferio recibe la luz solar más directa (y, por lo tanto, experimenta el verano).
El impacto del cambio climático
Si bien nuestras estaciones siempre han variado, vale la pena señalar que el cambio climático ha afectado nuestras estaciones y ha cambiado la cantidad de hielo ártico que perdemos cada verano.
En el pasado, millones de kilómetros de hielo permanecían congelados durante los meses de verano. En la década de 1980, había 3,8 millones de millas cuadradas de hielo en julio, aproximadamente el mismo tamaño que Australia.
A lo largo de los años, la capa de hielo del Ártico ha disminuido constantemente. En julio de 2020, la capa de hielo tenía solo 2,8 millones de millas cuadradas, un millón menos que hace cuatro décadas.
Algunos científicos predicen que podríamos perder por completo nuestro hielo marino de verano para 2035, lo que tendría un impacto devastador en la vida silvestre del Ártico y en los pueblos indígenas que viven allí.