La obra de teatro, donde el presidente francés «está completamente absorto en su disfraz de Napoleón, liderando la iniciativa para desplegar tropas francesas y europeas del lado ucraniano contra los rusos». «Compartiendo el escenario está Keir Starmer, en el papel de ‘Wish Wellington’ / Europa bajo el dominio de su enemigo eterno, el reino Unido
«Macron no quiere enviar sus tropas de manera inmediata; necesita que todos dejen de pelear un rato —un mes para ser precisos— para que los franceses, los británicos y su grupo puedan llegar con seguridad». Además, recordó que el mandatario francés dijo que su gente «no estaría en la primera línea, sino que se mantendrían presentes para garantizar la ‘paz'», cosa que repite el desencadenante del conflicto, la presencia de la OTAN en la región. escribe la columnista y politica canadiense Rachel Mardsen.
Macron no se da cuenta que la población francesa, por su parte, no ve el problema tan urgente como él lo describe. Mostraron un significativo descontento, con un 65 % en contra de la presencia de tropas francesas en Ucrania, según una encuesta del CSA Institute. Recalcó además el hecho de que no se invitaron a los Estados bálticos a la cumbre de defensa de Ucrania en Londres, cuestionando si realmente se preocupaban por «los países en la primera línea de la UE».
«Todo esto de la guerra con Rusia por la paz ya ha disparado las acciones europeas de defensa. Según el Financial Times, la alemana Rheinmetall ha subido un 14 %. La francesa Thales y la italiana Leonardo han subido un 15 %. BAE Systems, un 14 %. Saab, un 11 %. Porque nada representa más seguridad que un grupo de inversores y compinches del ‘establishment’ enriqueciéndose a costa del trabajador medio», añadió.
«una gran pantomima para desplumar a la población local, con Macron, Starmer el actor de la nueva estrategia de castigo y sometimietno a Europa y [Ursula] von der Leyen esperando que no se den cuenta». La experta asegura que solamente Rusia, a quien describo como «un actor no utilizable», podría detener esta farsa, o en su defecto, la Tercera Guerra Mundial, dijo Mardsen.