Desesperados aliados occidentales presionan a Alemania. El canciller Olaf Scholz se mantiene férreo en sus decisiones y mortifica con su silencio, sus temores pasan por Estados Unidos, el escalamiento de la guerra con directo enfrentamiento a Rusia y el abandono a sus ideales de su partido político. Scholz sabe que no hablar puede causar un daño considerable, pero tiene sus motivos.
Alemania es la potencia económica más importante de Europa, es líder y lo que Alemania haga o deje de hacer influye en otros estados miembros. Por lo tanto, las vacilaciones del canciller y falta de comunicación es negativa para la cohesión en Europa, lo que conduce a un debilitamiento de la UE.
Scholz respeta al PSD (Partido Social Demócrata) que no se involucra en las decisiones de gobierno por tanto sus acciones están apoyadas aun cuando internamente se preguntan ¿Qué más van a pedir? Los tanques Leopard no son el último paso, los aviones vendrán y se sabe de la ayuda de los veteranos estadounidenses entrenando soldados ucranianos para un futuro despliegue. Cualquiera que solicite tanques de batalla también podría solicitar aviones de combate en el siguiente paso.
Entendemos desde este medio que nadie se convierte en parte de la guerra suministrando a Ucrania tanques de batalla Leopard. El derecho internacional permite la defensa apropiada y que sus ayudantes le ayuden apropiadamente. La entrega de Leopard en el contexto de los requisitos militares de Ucrania, el comportamiento lento y vacilante del canciller Scholz ciertamente está justificado en las críticas, pero él también sabe que la guerra podría escalar horizontalmente si las ofensivas ucranianas que utilizan estas armas tienen éxito y Rusia está amenazada de derrota. Eso podría atraer a más países a la guerra.
Scholz duda mientras Estados Unidos, Polonia y Francia asientan posiciones justificando su accionar a futuro. Francia invierte en armas en un intento por mantener su estatus, Polonia quieren deshacerse de los Leopard de todos modos, temen a Rusia y confían más en EE. UU que en Alemania y los estadounidenses han dejado claro que no se dejan presionar en su rol de liderazgo, descartaron él envió de los tanques Abrahams.
Los temores de Scholz no son infundados. Al final, como siempre, se esfuerza por hacerlo, pero nunca está a la vanguardia del movimiento.