Europa ha definido su hoja de ruta desde la OTAN en la que destaca a Rusia como su mayor amenaza. Así OTAN que permite el ingreso de nuevos socios, amplia su inversión en seguridad militar, armamento e integración de una fuerza de combate de hasta 300mil soldados por el miedo del poder militar ruso y la inevitable dependencia energética del continente.
Estratégicamente Moscú desgasta y entretiene a los países de Europa mientras su objetivo militar en Ucrania se cumple. OTAN busca un distractor a esa realidad y traza una nueva hoja de ruta para el siguiente decenio, se siente con las manos atadas para seguir aplicando sanciones al kremlin, pues las mismas tienen cada vez mayores repercusiones en sus países socios que ya evidencian una crisis económica, energética y social y con tendencia a profundizarse. OTAN disuade la situación de crisis creando competencias estrategias en un intento por verse poderosa y definida, tratando de limitar al máximo las graves fisuras internas con una aparente y frágil unión.
OTAN siente y sufre el poder de Rusia, sin un liderazgo de autonomía se ampara en las decisiones de Estados Unidos que usa la guerra en Ucrania para sostener un poder mundial que con lentitud y precisión pierde.
Otro tema en la cumbre OTAN de Madrid que ha finalizado tiene que ver con el miedo que tiene Europa y Estados Unidos por el crecimiento del poder económico de China. Representa un desafío y la descalifican por sus inversiones en infraestructura crítica en países aliados, por el control y monitoreo de sus ciudadanos con tecnología avanzada.
Europa se trastorna en sus propios miedos, acéfala de liderazgo se deja empujar con infundadas amenazas, y la debilidad de no superar sus históricas desgracias.