No fueron suficientes dos guerras mundiales, el exterminió de más de 100 milones de personas, la cruel separación por años bajo el yugo de un sistema democrático y un comunismo atroz / Europa el maravilloso museo vive tras ochenta años de reconstrucción, una unión que no termina de gestarse, divisiones políticas internas, poderosas economías cayendo y un silencioso sometimiento a la OTAN. Pero lo más gravoso sin duda fue el descuido de su propia competitividad que adormeció consentida.
Su gran aliado energético por más de 40 años fue presentado como un aterrador enemigo, una lucha de poderes entre EE. UU. y Rusia por el mercado de Europa que ya está sigilosamente en manos chinas. Europa está en cabeza de una dirigencia “loca” está debilitada material y moralmente.
Europa se perdió paulatinamente en el deseo de ejercer su propio poder competitivo olvidándose de su seguridad al término de la Guerra Fría. Su “relevancia geopolítica” empezó a depender de la protección de los EE. UU. y la invasión rusa a Ucrania desnudó la cruel realidad para los europeos. La UE es ahora un ente en crisis creciente con pérdida de confianza, acumula una crisis general y sin resolver y con una carencia absoluta de líderes con credibilidad y capacidad.
La economía de Alemania marca un camino que contagiará a los demás socios, Francia, España y otros lentamente pareciera ir tomando el mismo destino.
La llegada de Donal Trump al poder en EE.UU. ha obligado a la OTAN en cabeza del iluso Mark Rutte a “obligar” a que todos los socios de la unión aporten hasta el 3% y 4 % más para su seguridad. Ya es lastimoso tener que repetirlo una y otra vez, salvo dos o tres países han logrado de su PIB abonar apenas el 2% ni siquiera es sustentable pensar en un 2.5%. ¿La OTAN podria desaparecer?
Europa es ahora un fiasco de situaciones sin solución y en detrimento diario de las condiciones de bienestar de sus residentes y el oscurantismo de sus líderes que sólo atinan a culpar a Rusia. Están buscando demonios donde no los hay, no reconocen que están sentados en el problema.
Sin el aprovisionamiento energético a Rusia, sin la seguridad a EE. UU. y sin el crecimiento económico de las exportaciones a China, Europa se hunde. Ucrania y su guerra sólo han servido para descubrir las brechas del fracaso y la usencia de estrategias competitivas. Ahora todo debe entrar en una revolución de revisiones, aceptar que las incongruencias de Ürsula von der Leyen diciendo que “China provee a Rusia de tecnología apenas para hacer lavadoras” no es sólo un adefesio, además es una impronta de incapacidad y prepotencia, un «chiste» perverso.
Alemania, la poderosa economía de la UE entró en recesión en 2023 y continua en declive arrastrando a la eurozona a un precipicio sin fin. Todo está mal para Bruselas, energía y comercio la destrozan. Al comprar a Rusia el 60% del gas que consume, con la guerra de Ucrania ha tenido que asumir un aumento de precio vertiginoso con gas más costoso y de menor calidad. Sin reacción debe aceptar a China como su principal proveedor y antes que atacar los consolidados mercados rusos, estadounidenses y chinos debe propender por no sufrir más antes de iniciar una apuesta de recuperación que tardará décadas.
Europa burocratizada y prejuiciada, sin una política limpia y común, sin seguridad aun cuando de hecho no la ha necesitado, el caso de Ucrania y Rusia puede y debe considerarse aislado por violación de tratados. Pero asumir que Europa caerá en manos rusas es sólo la utopía del liderazgo mediocre y sin estrategia.
Evitar una depresión económica resulta ahora fundamental como una trasformación de mando y liderazgo, una apropiación de intereses mutuos para todos los socios y en condiciones de equidad, una ciudadanía lúcida, exigente y protectora de su bienestar implicada en el proyecto europeo y consciente de su crucial reto. Por desgracia esto no se ve por ningún lado.