El interés por estar informado dio paso al morbo, el aburrimiento, la desinformación y la mala información, sin innovación las noticias sobre guerras, matanzas, ataques terroristas y similares, indiscreciones y traiciones políticas, delitos de matri-fratri-uxori-parri-infanti cidios, asaltos, robos y tiroteos y para que no falte nada una “muñeca” cuenta trivialidades y alarma con incendios y diluvios de agua.
Las noticias hoy provocan en los jóvenes impotencia y sensación de que nada se puede hacer para cambiar las cosas / los deprimen y se sienten agotados por el caudal informativo / los aturde la cantidad de noticias sobre política y conflictos bélicos / consideran que las noticias no son confiables, están sesgadas
El instituto Reuters refiere sobre los principales desafíos que tienen ante sí los medios de comunicación y expone algunas causas que inciden en la ausencia de audiencias jóvenes, la creciente desinformación, la falta de confianza, los ataques de los políticos -y gobernantes- y un entorno empresarial incierto.
Una primera causa se establece en los interminables cambios en los gigantes tecnológicos, ‘despriorizando’ las noticias y apuntando el foco a los creadores de contenidos, y en esa misma línea, la incorporación de la inteligencia artificial es vista como una amenaza latente que puede bloquear el tráfico de flujos hacia sitios web y aplicaciones. A ello se suma el avance que ha tenido el movimiento regulatorio en países o regiones, como la comunidad europea, que busca establecer controles a estas empresas que se han lucrado con su negocio publicitario sin tributar ni pagar a los generadores de contenidos informativos.
Como segunda causa aparece el impulso sostenido que hoy tiene el video por encima de otros formatos, especialmente el texto, que se ve desplazado por el auge de la imagen en movimiento. El consumo ocurre, principalmente, en plataformas como YouTube, WhatsApp, Instagram y TikTok, a donde van los jóvenes a informarse, tomando cada vez más distancia sobre los medios tradicionales con los cuales ya tienen poca o ninguna conexión.
Los influenciadores han ganado un terreno que, anteriormente, era exclusivo para periodistas. Los prefieren mejor si son activistas y partidistas. Y un dato no menor: el formato tiene que ser breve, en lo posible, que no supere el minuto.
Y una tercera causa se presenta en la fragmentación de las audiencias. Hay que pensar los contenidos por cada público, si en diez segundos no los ‘atrapa’, se fueron a lo mejor para siempre. El mundo sufre por la sobreabundancia de información y ese es un dilema muy fuerte con el que tienen que lidiar los editores. Ojalá medios, escuelas de periodismo y periodistas tomemos atenta nota: la competencia es ahora con contenidos que puede publicar cualquier persona.