La guerra comercial de Trump probablemente pueda considerarse la mayor locura en política económica de un país desarrollado después de la Segunda Guerra Mundial.

1. Todas las decisiones las toma una sola persona (Trump).
2. No se aplican principios.
3. No existe ninguna justificación o teoría económica.
4. Todo se basa en las emociones de Trump.
5. Muchos aranceles son muy elevados, por lo que el daño económico será sustancial.
6. No hay coordinación de los aranceles, por lo que, por ejemplo, la industria automovilística estadounidense podría verse diezmada ( @FT ).
7. Los únicos dos países a los que Trump trata con respeto son China y Rusia, los supuestos enemigos.
8. La extraordinaria rudeza de Trump hacia la mayoría de los países democráticos y amigos tendrá consecuencias antiamericanas duraderas.
9. Hasta ahora, la lección parece ser: o adulamos a Trump sin cesar (UE y Pakistán), nos enfrentamos a Trump (China) o le pagamos personalmente (Qatar).
10. Ni las declaraciones previas de Bessent, Lutnick ni el propio Trump sirven como predicción. En abril, elogiaron a India y Taiwán.
11. Dado que no se firman acuerdos por escrito ni se concluyen adecuadamente, la política comercial de Estados Unidos seguirá siendo un enigma e impredecible.
12. Debido a que los aranceles de Trump son tan altos, miles de exenciones son inevitables para mitigar en cierta medida el daño a la economía estadounidense, lo que agrava aún más la incertidumbre.
13. Pocas acciones gubernamentales tienen más probabilidades de atraer sobornos que la exención de aranceles.
Conclusiones: El daño a la economía estadounidense será grande y es probable que aumente con el tiempo. Cualquier empresa seria, estadounidense o extranjera, haría bien en evitar invertir en el sector manufacturero estadounidense. Estados Unidos ya no puede mantener ninguna amistad.
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