Desde la polémica presentación en la inauguración, el desarrollo de los Juegos Olímpicos de París es poco lucido. / La atroz representación drag de figuras religiosas en el contexto de la Última Cena, un despropósito con un propósito cuidadosamente planificado / Las contaminadas aguas del Sena, las reclamaciones deportivas, hombres pasados por mujeres golpeando deportivamente a otras mujeres y… el desastre mayor y ruin, excluir el estadio el escenario olímpico y remplazarlo por un rio y sus puentes que aun cuando pomposo tiraron la tradición del olimpo.
El conflicto cultural de Francia es una muestra clara de su desorden social desde donde se agredió a sectores de la sociedad y a los valores cristianos tradicionales. La influencia masónica y laicista en la restauración del templo de Notre-Dame y su relación con la estudiada provocación a los cristianos durante la ceremonia de inauguración de los Juegos.
Ha sido una provocación “macronica” que propendió la desvalorización de los símbolos religiosos y representa una blasfemia contra lo más sagrado de las creencias religiosas del mundo cristiano y otros espectadores en los que se demarcó una percepción ya extendida de una agenda secular que busca redefinir la identidad cultural de una Francia caída y destrozada en la esencia de su poder y su economía. El intento de dominar a Europa ha fracasado, ni soñar el mundo.
Nadie pide perdón con sinceridad, un “gelatinoso” director quiso desviar la atención a una reunión de los Dioses en el olimpo en una descomunal y grotesca cena, nada que ver…
Francia se ha retratado, su miseria espiritual y cultural que concuerdan con semanas y años anteriores próximos, protestas en todo el país, agricultura destrozada, intromisión en guerras, disturbios callejeros, asaltos, incendios de equipamiento urbano y coches, agresiones sexuales, migración dominante y el asalto al cristianismo flexo y menos radical que el tenebroso musulmán, el cual les ha cobrado caro y no restringe respuestas violentas.
Francia es ahora visitada por el mal en estado puro.