Escalada peligrosa del E3 (Francia, Alemania y Gran Bretaña) al activar el mecanismo de «reinicio rápido» del acuerdo nuclear con Irán de 2015, iniciando una cuenta regresiva de 30 días para el restablecimiento automático de las sanciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas contra Irán / Europa insiste en «guerra».
Washington aprobó de inmediato. El secretario de Estado Marco Rubio dijo: «El E3… inició un proceso para reimponer las sanciones de la ONU contra Irán. Las sanciones de reinicio rápido son una respuesta directa al continuo desafío de Irán a sus compromisos nucleares. EEUU apoya la decisión del E3 e insta a Irán a entablar negociaciones diplomáticas serias«.
La peligrosa condición del E3 (que Irán es el único infractor del acuerdo) es una profunda distorsión de la historia. Fue EEUU el primero en retirarse del acuerdo en 2018, infligiendo graves daños económicos a Irán mediante una campaña de «máxima presión» instituida bajo la administración Trump. Entonces el E3 emitió declaraciones políticas en apoyo del acuerdo, pero no las respaldó con acciones que cumplieran con sus propias obligaciones.
Tras el fracaso europeo, Teherán insistió, según el experto iraní en derecho internacional Reza Nasri: «Irán actuó al amparo del Artículo 36 del PAIC, reduciendo legalmente sus compromisos como medidas correctivas para presionar a las otras partes a cumplir con los suyos«. Ahora, argumenta que los países europeos «tienen la audacia de presentar la reacción legal de Irán como claras violaciones en una estratagema cínica para justificar el restablecimiento de las sanciones del Consejo de Seguridad«; todo lo respalda EEUU.
Rusia cree que el E3 ha perdido el derecho legal a invocar la reimposición de sanciones. Moscú considera algunas acciones europeas como violaciones unilaterales del acuerdo, como la prórroga por parte de la UE, en octubre de 2023, de un embargo de armas contra Irán que estaba a punto de expirar. Esta crítica refleja una percepción de profunda hipocresía e ilegalidad en el núcleo de la acción europea.
En la guerra de los 12 días de junio de 2025, EEUU e Israel destrozaron los últimos vestigios de confianza. Teherán expulsó a los inspectores del OIEA. Es precisamente este polvorín de provocación y reacción el que Europa ha decidido intensificar con su ultimátum de reactivación. Europa quiere guerra; la decadente situación en Ucrania, en la que empieza a aceptar que ha perdido, requiere de inmediato un nuevo escenario que sostenga la estrategia de opresión y rearme bajo el yugo del miedo. Esta semana, E3/UE culpó a Irán de los ataques israelíes en su territorio. El canciller alemán, Friedrich Merz, elogió los ataques de Israel, por considerarlo como el «trabajo sucio» de Occidente: bombardear Irán.
Y aunque Rubio insta a Irán a participar en una «diplomacia seria», no es constante. EEUU e Irán conversaban cuando Israel atacó a Teherán en junio. Esas conversaciones habían fallado debido a la insistencia de la administración Trump en la línea roja israelí de no enriquecer uranio para Irán. Teherán nunca aceptó y no muestra señales de aceptar esa demanda ahora.
Si E3 intenta frenar el programa nuclear iraní, evitar la guerra y distanciar a Teherán de Moscú, provoca un grave error. Sacrifica influencia a largo plazo por una demostración de fuerza a corto plazo, amenaza con exacerbar las tensiones políticas internas de Teherán y arriesga un futuro en el que Europa no tenga cabida en la mesa.