¿Qué tan grande fue? Cómo lo quieras dimensionar, lo cierto es que al menos cinco generaciones en la tierra evidenciaron su genialidad y la historia lo hará eterno
No está en la Historia, hizo la Historia. La escribió con una pelota de fútbol adherida a su pie izquierdo. Y cada trazo estremeció de felicidad a un país como la Argentina que vivió por él y con él, acaso las más grandes emociones populares del último medio siglo. En un país de grandes desventuras colectivas, que ha soportado una dictadura sanguinaria, una guerra perdida, hiperinflaciones y crisis económicas recurrentes, entre otros tantos infortunios, Diego Armando Maradona derramó felicidad sobre millones de argentinos. Pocas imágenes entregan una postal tan fuerte de argentinidad como la de Diego alzando la Copa en el Mundial de 1986. Pocas representan tanto lo que quisimos ser y alguna vez fuimos.
Nos alegra en esta casa de prensa recordar que tantos que lo vieron, y que se hayan ido ya y no tener que verlos llorar, quizás la desgracia del virus les ahorró la tristeza
“Te levanté y me llevaste a la eternidad”: la historia detrás de una foto gloriosa, estadio azteca 1986, Argentina campeón del mundo de la mano del 10
El silencio triste de una Ciudad que lo despide con gente en las calles y “gracias” gigantes
“Se acabó el fútbol”, el dolor de los hinchas en el Obelisco
Lo único que pudo hacer como una persona normal: morir.
Sólo se muere cuando se olvida
El más humano de los dioses
Por los siglos de los siglos…
El corazón del mundo del futbol ha dejado de latir