Todo está por hacer bajo la nueva espectativa del republicano y las mayorías que confian en un mejor cuatrienio, es el momento / Las casas de encuestas perdieron, los medios corrompidos tambien.
La victoria es contundente y nada sorprendente, si con lo contecido hace 8 años cuando derrotó a la archifavorita de las otra vez equivocas encuestadoras, Hillary Clinton. La tromba de Trump ahora traía de todo, incluso una derrota electoral que aún no termina de convencer a sectores de la politica y la democracia mundial. Vinieron un par de juicios políticos, una guerra judicial, innumerables acusaciones penales, dos intentos de asesinato y un coro incesante de los gigantes e inservibles medios de comunicación más poderosos del país que lo calificaban de “fascista” nada pudo detenerlo, nada puede detener a un electorado dolido y «robado» por un sistema que quizo poner a un belicozo Joe Biden y su precaria vicepresidenta y osada contendiente de Trump, una «hasme reir» completo. Trump cada vez fue más fuerte y ahora tiene el mandato simbólico pero potente de una mayoría de votos populares. Una mayoría que añade una fuerza psicológica y que hace que la revolución de Trump sea cultural y política a la vez. nada fue casula en 2016
EEUU es una mayoría en favor de Trump, una facción ideológica rebelde y un culto a la personalidad que sólo se interesa por su líder famoso. Trump y el trumpismo hablan a la mayoría democrática del país y en su nombre., todas las instituciones de la vida estadounidense, conservadoras o no, tienen que adaptarse.
No existen pasajes para la salidad de tanto «payaso» que quizo amenazar a los ciudadanos con irsen del país, y ¿eso aquién le importaba?, ¡Cantantes y actores deben estar abandonando el país, ¡lo prometieron y deben cumplir ya!
Trump ha hecho trizas las leyes de la física política, la magnitud de lo hecho en los estados que ganó, estados demócratas, uno tras otro calleron. El voto hispano, particularmente entre los hombres creció.
En política exterior, la forma en que Trump maneje las crisis en Ucrania y Oriente Medio que hereda de Biden será un punto de inflexión. Los demócratas que se mostraron reacios a criticar el apoyo de Estados Unidos a Israel mientras ese apoyo provenía de la administración Biden-Harris ahora atacarán a Trump por las acciones de Israel. ¿Podrá Trump hacer realidad la fe depositada en él tanto por los votantes árabes estadounidenses de Michigan como por los ardientes partidarios de Israel? ¿Podrán los brotes verdes de un retorno al realismo en la política exterior republicana sobrevivir a las cargas de responsabilidad que imponen las guerras en Oriente Medio y Ucrania?
Las repercusiones políticas y culturales de la victoria de Trump no serán suficientes, será necesario mucho trabajo duro y resiliencia ante los inevitables reveses. Trump ha demostrado que se puede forjar una nueva mayoría en batallas que nadie más se atrevería a librar, la derecha puede ser capaz de lograr cosas mayores en el ámbito de la cultura y la filosofía, un programa cultural tan audaz como el desafío político de Trump a la élite obsoleta.
Trump debería despertar de nuevo el espíritu emprendedor de los conservadores, porque se ha atrevido a hacer grandes cosas y ha tenido éxito.