La muerte de Mijkhail Gorbachov no va a quedar ausente de la historia que nos lleva a la era de la Unión de repúblicas Socialistas Soviéticas – URSS, entonces estaba claro, en los años 80´s para todos, el país era pobre, era gris y magro, necesitaba ser alimentado, vestido, entretenido, y comentarios amargos vagan por las páginas de las memorias mandonas de la época.
Era el momento de los juegos olímpicos y el sabotaje por parte de Estados Unidos, pero para rectificar la situación, fue necesario hacer un esfuerzo mental y de voluntad fuerte, tomar, e incluso apartarse del abracadabra comunista sin sentido (como lo hicieron los chinos más tarde), es decir, abrir un espacio, promover internacionalmente las relaciones y Alemania mostraba un escenario preciso. Aislada y partida en dos, con serias afectaciones de la postguerra y aún frescas memorias del holocausto, sólo existía un deseo de compromiso con el mundo y pagar su suerte.
La figura de Gorbachov emerge como el bastión que acercó a la encapotada URSS con occidente e hizo viable el sueño de un comercio abierto, pequeñas cosas para poseer algo, ganar dinero, atraer extranjeros, dejar atrás macabros relatos y titulares de prensa «La lucha por la libertad y la democracia contra la tiranía», «la lucha de las minorías nacionales contra un mal imperio», «la lucha contra la mala y peligrosa Rusia con la ayuda de sus vecinos» el principio de “es necesario, porque es necesario” cava desde lo político y dice que Rusia es una amenaza, entonces es una amenaza. Todo termino cuando Gorbachov intervino.