“El triunfo de Donald Trump es el triunfo de la desinformación”, dijo Pepa Bueno, directora del diario El País de España en su video análisis.
Trescientos mil suscriptores perdió The Washington Post luego de que su dueño, la segunda persona más rica del mundo, Jeff Bezzos, impidiera que el periódico se inclinará por la candidata demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, Kamala Harris, en las recientes elecciones presidenciales. Bezzos, en una carta pública, explicó por qué esta vez el emblemático diario no aconsejaría a sus lectores por quién votar en la contienda electoral. El ‘Post’, para quienes no saben o no recuerdan, fue el medio que reveló el escándalo de escuchas ilegales en la administración Nixon, en 1972, el mítico Watergate, un parteaguas en la historia del periodismo de investigación en el país de las libertades.
La decisión del archimillonario pasaría a ser un hecho anecdótico si no fuera por el impacto que ha tenido, en todo el mundo, la aplastante victoria de Donald Trump frente a su rival, análisis del cual ya se han encargado cientos de miles de comentaristas, editorialistas y expertos en política, economía, relaciones internacionales, migración, medio ambiente y demás, en todos los rincones posibles.
Poco se ha dicho, en cambio, sobre el papel de los medios de comunicación, y en tal caso, del batacazo que sufrió el periodismo ante la incontrolable desinformación, el cuarto jinete del Apocalipsis, que vio una vez más cómo las mentiras, las falsas narrativas y el asalto que dieron los influenciadores, pasaron por encima de la verdad. Uno de ellos, la persona más rica del mundo, escribió en su cuenta de la red social X, de su propiedad, “you are the media now”, a la medianoche del martes hace ocho días, para notificar a sus seguidores sobre el derrocamiento de los medios.
“El triunfo de Donald Trump es el triunfo de la desinformación”, dijo Pepa Bueno, directora del diario El País de España en su videoanálisis. “El auge de las pantallas y el declive de la cultura ha contribuido al éxito de los mensajes esquemáticos y simplistas. La democracia se está muriendo ante nuestros ojos”, sentenció el escritor y filósofo Rafael Narbona. El Instituto Reuters, en su informe anual, lanzó en su momento un dato revelador: no más del once por ciento de los jóvenes estadounidenses creen en los medios de comunicación. ¿Entonces cómo se informan y generan criterio?
El 20 de enero próximo regresa a la oficina Oval un Trump recargado, casi un héroe, a gobernar una nación que creyó en su relato. La incertidumbre estará a la orden del día, por lo menos, en los siguientes dos años cuando se suscite una nueva batalla por el poder legislativo y el hombre que maquilla su rostro de naranja reconfigurará a la sociedad en su conjunto. Bezzos y Elon Musk lo entienden muy bien.