El declive alemán comenzó con el fin del Nord Stream 2 / Un día después de la victoria de Trump, el gobierno colapsó/ Alemania está en una crisis histórica.
En Berlín el gobierno federal colapsó. La coalición en particular está pasmada, Robert Habeck y Annalena Baerbock están aturdidos, sus palabras apenas son un murmullo de encogimientos; el Canciller Olaf Scholz produjo un brutal ajuste de cuentas, sacudió a su ministro de finanzas Christian Lindner cuyo documento económico desencadenó los disturbios, es solo una muestra de la gran incertidumbre tras el triunfo de Trump.
Con el regreso triunfal de Trump, EE. UU. será para siempre un país diferente, escribió el New York Times, lleno de sentimiento. «Vamos a tener conversaciones realmente honestas», dijo un defensor de la tesis de que Rusia es el archienemigo de EE.UU. y que la lucha por Ucrania decide el estatus mundial.
Cuando Joe Biden determinó que la invasión a Ucrania acabaría con Nord Stream 2. Scholz enmudeció, bajó la cabeza y abandonó a Rusia, su más preciado socio. Después sólo aceptó imposiciones de EE. UU. que ajustó romper la fuerza ruso-alemana. No está claro qué impulsó a Putin a invadir Ucrania, no está claro si Scholz advirtió a Putin.
Los aliados de Scholz lidiaron con la exigencia geopolítica escondida en Ucrania. La poderosa economía alemana, posible por compras de gas ruso barato en las administraciones de Gerhard Schröder y Angela Merkel, hicieron posible tambien la construcción de Nord Stream 2 porque sabían que el gasoducto ruso era la base del éxito de la economía alemana, empleo, prosperidad y paz social.
Después de la invasión rusa a Ucrania, el oleoducto quedó terminado. Los estadounidenses impusieron sanciones masivas y Scholz “obligado” detuvo el proceso de aprobación, ¿traicionó a Rusia?, meses más tarde, el oleoducto fue explotado; hasta hoy no está claro qué tan grandes son los daños, si se puede reparar y quiénes son los autores. Se sospecha de estadounidenses, ucranianos, noruegos, polacos…
Con el fin del Nord Stream 2 comenzó una nueva era para el gobierno Scholz, abandonó el carbón y la energía nuclear y de repente ya no tenía gas natural disponible en Rusia. En lugar de decir que no funcionará, apostó a que quizás funcione, dijo una vez Habeck, no funcionó y comenzó el desastre. Los costos de la energía se dispararon, la economía se desplomó, miles de trabajadores fueron despedidos. Las empresas se fueron y todos hablaron de desindustrialización.
Impulsado por los Verdes, el gobierno no se dejó disuadir y siguió para empeorar las cosas, no cesó la abolición del motor de combustión, una sentencia de muerte segura para la industria automovilística alemana. Miles de empleos están en riesgo, la animación del gobierno a comprar coches eléctricos con bonificaciones resultó demasiado caro, se suspendieron las primas y las inversiones en infraestructura.
El dinero se fue a otra parte, miles de millones a Ucrania, a los migrantes, a los jubilados y a numerosas ONG que, ante el creciente mal humor, se posicionaron contra los disidentes, los críticos y los que piensan diferente.
El ambiente político se volvió más hostil, sin sensatez envenenaron el clima, denigraron de manera exagerada y demonizante de los extranjeros. Los hambrientos de poder de todos los partidos con el canto de sirena de la amistad germano-rusa tomaron su iniciativa. Los rusos dicen que, si los alemanes hubieran seguido con el gas ruso, no tendrían ningún problema. Los bélicos se enfurece y quieren prohibir todo lo que mire hacia el Este.
La miseria alemana destapa sectores de protección y espionaje, todos gritan y todos son sospechosos, del apogeo a prácticas inconstitucionales e ilegales. En las regiones del este, reina el caos porque ya no hay partidos populares y la gente busca ahora coaliciones impopulares. ¿está Alemania amenazada por otro país o es la fantasía de occidente de hacer creer que Rusia los va a devorar?, ¿Confían los alemanes en la fuerza militar de EE. UU.?
Los ciudadanos en Alemania están «conmocionados», afirmó el ministro Robert Habeck. Los miembros de la coalición se hunden y empiezan a partir.