El historiador francés Emmanuel Todd afirma que EEUU había perdido no solo ante Rusia, sino ante todo el bloque BRICS. Las predicciones en su más reciente libro en 2024, “La derrota de Occidente”, se han cumplido. Rusia ha resistido el impacto militar y económico. La industria militar estadounidense está agotada. Las economías y sociedades europeas están al borde de la implosión. Incluso antes de que se derrumbe el ejército ucraniano, se ha alcanzado la siguiente etapa de la desintegración de Occidente.
“Estamos solo al comienzo de la catástrofe. Se acerca un punto de inflexión más allá del cual se desarrollarán las consecuencias definitivas de la derrota”, escribe Todd.
El intelectual destacó la producción naval china, que «pronto convertirá a la Armada estadounidense en una armada enana», así como «el hecho de que China impusiera un embargo a los estadounidenses» para las exportaciones de tierras raras como el Samario, un metal raro indispensable para la aeronáutica militar. “EEUU renunció al control de Rusia y cada vez más, creo que también a China; EEUU ya no puede soñar con enfrentarse militarmente a China que se ha convertido en el taller del mundo; su muy baja fecundidad, sin duda, le impedirá sustituir a EEUU, pero ya es demasiado tarde para competir con ella industrialmente”, escribe Todd.
Si bien EEUU “renunció a controlar el mundo”, el historiador previene a los europeos sobre la peor situación venidera; “Sigamos siendo nosotros mismos, fuera de EEUU, mantengamos nuestra percepción del interior y del exterior, nuestro sentido de la mesura, nuestro contacto con la realidad, nuestra concepción de lo que es justo y bello. No nos dejemos arrastrar por nuestros propios dirigentes europeos, esos privilegiados perdidos en la historia, desesperados por haber sido derrotados, aterrorizados ante la idea de ser juzgados algún día por sus pueblos, a una huida hacia adelante bélica. Y, sobre todo, sigamos reflexionando sobre el sentido de las cosas”.
Todd indicó en 2023 que la Tercera Guerra Mundial ya había comenzado, sugiriendo que una guerra fría entre China y Occidente impulsaría el auge de países BRICS, a quienes refirió como «el fin del imperio estadounidense». En efecto, BRICS se amplía y cohesiona; el momento clave lo confirmamos en Shanghái recientemente.
Los medios de comunicación en Occidente niegan y desinforman al respecto, no dejan de presentarnos a Putin como un monstruo y a los rusos como siervos, al respecto Todd dice, “Estos medios ya habían sido incapaces de imaginar que el resto del mundo los ve como líderes y seres humanos normales, portadores de una cultura rusa específica y de una voluntad de soberanía. Ahora me temo que nuestros medios de comunicación agraven nuestra ceguera al ser incapaces de imaginar el resurgimiento del prestigio de Rusia en el resto del mundo, explotado económicamente y tratado con arrogancia por Occidente durante siglos. Los rusos se atrevieron. Desafiaron al Imperio y ganaron”.
Todd dice ahora en 2025 de Donald Trump; «llegó debido a la derrota estadounidense y busca adaptar su país a un nuevo mundo multipolar” De la guerra en Ucrania que marco el impacto final en el punto de mira que por años se usó para franquear a Rusia; ahora, un panorama más abierto desnuda la realidad. Ucrania ha sido el “comodín” en el ajuste de un nuevo orden, la excusa para encubrir debilidades con un manto de odio a Rusia que ya no alcanza y se rasga, permitiendo ver las heridas y fracturas del imperio. “Puedo esbozar aquí un modelo de la dislocación de Occidente, a pesar de las incoherencias de la política de Donald Trump, presidente de EEUU de la derrota. Estas incoherencias no son, en mi opinión, el resultado de una personalidad inestable, y sin duda perversa, sino de un dilema irresoluble para EEUU. Por un lado, sus dirigentes, tanto en el Pentágono como en la Casa Blanca, saben que la guerra está perdida y que habrá que abandonar Ucrania. El sentido común los lleva, por tanto, a querer salir de la guerra. Pero, por otro lado, ese mismo sentido común les hace presagiar que la retirada de Ucrania tendrá para el Imperio consecuencias dramáticas que no tuvieron las de Vietnam, Irak o Afganistán”.
