El apagón de la nube de Amazon Web Services (AWS) sufrió uno de los mayores apagones de su historia. Suficiente para paralizar parcialmente Internet. / Problema de seguridad para confiar y seguir conectado y protegido cuando los sistemas fallan.
Aunque Amazon resolvió la interrupción en menos de tres horas, el impacto fue global y profundo. Y lo más inquietante es que, a medida que más servicios esenciales migran a la nube, este tipo de incidentes podrían multiplicarse. La pregunta que debemos hacernos no es si volverán a ocurrir, sino si estaremos preparados para cuando lo hagan.
El colapso global de AWS produjo un apagón de gran parte de Internet y de sus servicios digitales. El bloqueo del gigante del cloud puso en evidencia la fragilidad de un planeta cada vez más dependiente de un puñado de grandes tecnológicas. Con costes multimillonarios e indemnizaciones incalculables en el horizonte, miles de negocios vieron bloqueada su actividad por culpa de un fallo temporal en uno de los proveedores cloud más relevantes de Occidente, con un poder de mercado solo comparable al de Google y Microsoft.
Expertos coinciden en que el incidente pone en evidencia una debilidad estructural. “La red fue diseñada para ser descentralizada y resiliente, pero hoy buena parte del ecosistema digital se concentra en unas pocas regiones de la nube”.
AWS, Google y Microsoft controlan en Occidente la comunicación que replican plataformas de móviles como Google y Apple, controlando el negocio, sin olvidarse de Microsoft en el negocio de software, Meta en redes sociales y mensajería instantánea, Google en buscadores y publicidad online y Amazon en comercio electrónico. Lo siguiente serán los jugadores de IA, con OpenAI, Perplexity y Gemini (Google). Si los gigantes digitales funcionan como se espera, todo es perfecto. Sin embargo, como alguno se distraiga medio segundo de sus funciones, el estropicio promete ser monumental.
La denominada nube, traducción de servicios cloud, acoge las webs y las herramientas que forman parte de la vida digital de la humanidad. Eso explica que, por ejemplo, los medios de pago electrónicos —por tarjeta y Bizum, entre otros— quedaron sin conexión.
Las próximas semanas ocuparán a los bufetes de abogados y compañías de seguros pleitear con los ejércitos legales de la compañía fundada por Jeff Bezos.