El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, fracasó siempre en Gaza y ahora presiona sin éxito para encontrar una solución diplomática al conflicto en el Líbano, los ataques israelíes contra Beirut y ahora en Tiro evidencian que ese no es el hombre.
Tiro, una ciudad portuaria en el sur del Líbano declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es sin misericordia bombardeada por el ejército judío. Centenas de miles de personas huyen sin destino mientras Israel intensifica su campaña para destruir a Hezbolá en el Líbano y a Hamás en Gaza.
El puerto concurrido, con pescadores, turistas e incluso soldados de las fuerzas de paz de la ONU son obligados a evacuar por Netanyahu y su horda criminal. Nadie los detiene, ¿son en verdad los dueños del mundo?
En el norte de Israel, los cohetes disparados desde el otro lado de la frontera hicieron sonar las sirenas de alerta antiaérea y obligaron a la gente a buscar refugio. Sobre la ciudad de Haifa se alzaban estelas de humo que parecían provenir de la interceptación de cohetes de Hezbolá. Una persona resultó gravemente herida, según el servicio de ambulancias de Israel.
Washington ha pedido a su aliado Israel que haga más por ayudar a los habitantes de Gaza. El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, ha dicho que, si no se aborda la situación humanitaria en Gaza, podrían surgir más insurgentes.
El viaje de Blinken es visto como el último gran esfuerzo de paz, pero igual para tratar de ayudar a la campaña demócrata de su país en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
Blinken insiste que la represalia de Israel contra Irán en venganza por un ataque último no debería conducir a una mayor escalada. Se reunió con Benjamín Netanyahu, discutieron sin éxito los esfuerzos para poner fin a los combates en Gaza y el Líbano.