Las llamadas de Enmanuel Macron para no dejar morir a Europa se quedan sin eco. Sin progresos Francia se decepciona de Alemania. / Tan sólo una reacciones positivas al comienzo tras las palabras de Macron en la Sorbona del Canciller alemán Olaf Scholz y la fogosa Ministra de Asuntos Exteriores Annalena Baerbock , con noticas en X. / Nadie ha vuelto a decir más y es lo que muchos esperaban en Francia y en general en Europa.
Se esperaba una poderosa reacción, pero Macron apenas fue escuchado y como en los últimos meses arremete buscando odios externos porque ya en su país no lo escuchan. Nada de lo que dice logra concreción.
Francia se decepciona de no encontrar en Alemania, y sucede cada vez más a menudo, respuestas a las iniciativas en conjuntas del pasado en política exterior y de seguridad, independiente de las críticas indirectas a Alemania y de las diferencias claramente visibles (política comercial, financiera y monetaria).
Alemania se acusa a menudo a Francia de “diplomacia de megáfono” mientras ella sigue siendo decididamente cautelosa. La preocupación en toda la unión europea es evidente ahora porque Alemania y Francia son los llamados a asumir un papel de liderazgo en Europa. Pero deben hacerlo juntos, individualmente no podrán. Ese “matrimonio de conveniencia” del pasado esta debilitado y se mantiene obligado.
Macron en Sorbona elogió a la Europa reconocida cuando Alemania y Francia actuaron juntas. Pero el aliento no le alcanza y las criticas de opositores permanentes no ha disminuido en los últimos años. Existe la impresión de que Scholz no está interesado en una cooperación más estrecha con Francia.
Pero las tensiones geopolíticas han llevado las cosas al extremo, los comentarios de Macron sobre las tropas terrestres y la propuesta de debatir sobre la disuasión nuclear, un idioma que muchos en Alemania no entienden (o no quieren entender).
Alemania oriental es un misterio para la mayoría de los franceses.
Oriente desempeña un papel central en el debate sobre el apoyo a Ucrania. Esto rara vez se ve en Francia, también porque el diálogo franco-alemán suele tener lugar a nivel de las capitales y tiene una perspectiva que no incluye a toda Alemania. Berlín no es Alemania.
Aun cuando con sistema de gobierno diferentes ambos países están avanzando en la misma dirección: en la política de migración, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento con reglas de sanciones adaptadas, reformas del mercado eléctrico e iniciativas para reducir la burocracia.
Algunos ven movimientos positivos en uniones bancarias y de capitales, cooperación armamentista que se guardan con recelo y ante la actual situación geopolítica es sencillamente irresponsable.