Una propuesta diferente a las guerreristas estratégicas de la OTAN y la UE / Parar la guerra para entrar en negociaciones es la petición del presidente húngaro Víctor Orban / Volodimir Zelensky no responde ahora pero ya antes negó esta posibilidad.
“las reglas diplomáticas internacionales son lentas y complicadas. Pedí al presidente que considerara si fuera posible revertir el orden y acelerar las negociaciones de paz con un rápido alto el fuego” expresó Orban.
Kiev ha rechazado antes esta consideración, pero recién no la expone como condición en primer plano. Antes argumentaron las partes que se utilizaría ese tiempo para un rearme.
Rusia ha estado abierta a el inicio de negociaciones incluyendo eso sí que Zelensky no es reconocido como presidente y cualquier negociación carece de sentido pues él no tiene la representación legal
Hungría preside ahora el Consejo de la UE por seis meses y dar un paso por la paz es un objetivo claro de Orban. Las relaciones de Budapest y Kiev han estado tensas por la posición favorable de Orban a Rusia, retrasando la ayuda a Ucrania y evitando las sanciones a Moscú.
Hungría es un dependiente absoluto del gas ruso que fluye por Ucrania y por el cual Rusia paga a Ucrania un millonario impuesto. Ucrania no ha manifestado suspender el flujo para sí misma y otros países de Europa cuyo contrato finaliza este año.
Hungría igualmente se ha manifestado muy duro en Bruselas por las conversaciones de adhesión de Kiev a la UE.
El cese al fuego sería un paso importante para iniciar una agenda de negociaciones y evitar más derramamiento de sangre, Ucrania pierde cientos de soldados cada día y las embestidas de ambas partes dejan también cientos de civiles heridos y con pérdida de viviendas, obligados a desplazarse sin destino seguro.
Las posiciones de la OTAN obligando a la UE han imposibilitado que los dos países se sentaran a negociar un acuerdo. Las intervenciones criminales del ex primer ministro británico Boris Jonhson obligaron a Zelensky a retirarse de la mesa de negociación en Estambul y con ello empujar la guerra que en cifras deja más de diez millones de ucranianos desplazados, al menos medio millón de soldados muertos y más de dos millones entre civiles y militares heridos, costos incalculables y un país sometido a los emporios económicos de EE.UU y Reino Unido.