Cuando aterrizaron, los tres estaban muertos, Vladislav Vólkov, Gueorgui Dobrovolski y Viktor Patsáyev tripulantes de la misión de vivir la primera experiencia de vida humana prolongada en el espacio y volver para contarlo. Nada salió como lo planeado.
Cuando abrieron la cápsula espacial, los tres cosmonautas estaban muertos. Un escape de aire los había asfixiado con extraordinaria rapidez y precisión. No vestían traje espacial, que les hubiera salvado la vida, porque el experimento también consistía en saber qué pasaba con los astronautas que viajaban al espacio sin protección y sin oxígeno de emergencia/olhardigital.com.br
Fue ideada para la hazaña. Y terminó en desastre. La URSS, en plena carrera espacial para igualar, y superar, a los Estados Unidos, que ya habían puesto al Hombre en la Luna, debió abortar la misión. Pudo más el orgullo, la necedad y la soberbia, que son la piedra fatal con la que tropiezan los Gobiernos.
El fracaso de la Soyuz 11 retrasó el programa espacial de la URSS, obligó a rediseñar el proyecto y las naves Soyuz y condenó a muerte a la estación espacial Salyut 1, que fue desviada de su órbita, reorientada y obligada a caer en el mar.
Vólkov, Dobrovolski y Patsáyev no siguieron el programa de entrenamiento imprescindible para paliar los efectos de la falta de gravedad. Soyuz, en ruso, significa unión. Y si algo no había en aquella tripulación, era unión.
El comandante, Dobrovolski, fricionaba con Vólkov, que sentía que debía comandar la misión. Discusiones permanentes y un misterioso incendio en la estación Salyut 1 casi provoca una evacuación de emergencia.
La capacidad pulmonar de los tripulantes de la Soyuz 11 había disminuido en un treinta y tres por ciento y que los trajes Penguin de entrenamiento no funcionaban bien. Se exigía que la tripulación de la Soyuz 11 llevara máscaras de oxígeno, vitales para el retorno a la Tierra. Perdieron la batalla y los tripulantes de Soyuz 11 viajaron sin máscaras y con trajes de entrenamiento
El control en tierra advirtió a los pilotos que, dada su condición física y la pérdida de masa muscular por la ingravidez, no intentarían ponerse de pie al llegar a la Tierra: tendrían que ser cargados en brazos, como bebés.
La Soyuz reingresó a la atmósfera y, a siete mil metros del suelo los paracaídas se abrieron y la nave se balanceó con elegante lentitud hacia el territorio que es hoy Kasajistán. A solo seis metros del suelo dos poderosos cohetes retropropulsores hicieron que la Soyuz se apoyara en tierra como una pluma. El equipo de rescate hizo entonces lo que había pensado el comandante Dobrovolski: abrió la escotilla para alzar a los cosmonautas como a tres bebés, para llevarlos a los helicópteros y a la gloria. Pero los tres estaban muertos.
Dobrovolski, Patsáyev y Vólkov fueron declarados héroes nacionales y fueron enterrados en el Kremlin.